Aunque es una filosofía empresarial que surgió en los sistema de manufactura japonesa en los años sesenta, en las últimas décadas el Lean Management (gestión eficiente) se trasladó a occidente y ahí ha saltado de las empresas de manufactura a las de servicios y últimamente a las instituciones públicas.
Los cambios que promueve este modelo para optimizar los procesos, aumentarán la productividad, generan ahorros en los costos de operación de entre treinta y setenta por ciento y mejoran imagen de la institución ante los usuarios. “Generalmente las empresas no tienen una línea base que nos dé la referencia a priori de cuál puede ser el potencial impacto, pero según nuestra experiencia usualmente alcanzan no menos de un veinte o treinta por ciento en ahorro y esto puede llegar hasta un setenta o ciento por ciento (de ahorro), eso depende mucho de la organización”, dice Rodrigo Murillo, socio director de consultoría de Baker Tilly.
Dependiendo del sector en que se desarrolle la empresa, el ahorro, a través de la eliminación de procesos que no agregan valor, puede lograrse principalmente a través de la reducción de personal en el sector servicio y de la optimización del uso de otros recursos en el sector manufactura.
Mejoran los tiempos de gestión
Como resultado de la aplicación de esta metodología en las entidades públicas mejoran los tiempos de gestión de los procesos y eso impacta directamente en la imagen de la institución frente a los usuarios y en las privadas eleva la productividad.
“Por ejemplo si tengo un proceso en una instancia de administración de justicia que puede durar ocho meses o un año, pero a través de esta metodología se acorta a dos meses, hay un impacto real en la apreciación que el usuario tiene de ese servicio. Y evidentemente en las empresas privadas les permite entrar en esquemas de mejoras reales de la gestión y la productividad y esto a su vez los potencia a ser más competitivos y a entrar a mercados más sofisticados no solo a nivel de la región sino también de Estados Unidos o Europa”, sostiene Murillo.
Según Murillo esta filosofía “básicamente consiste en hacer un mapeo de valor que permite caracterizar todos los procesos de las empresas con métricas e indicadores particulares para determinar dónde están las áreas o actividades que no agregan valor y sobre eso hacer una reingeniería y un nuevo mapa de cómo deben funcionar los nuevos procesos”.
¿Qué se requiere para promover este cambio?
Adoptar el Lean Management (gestión eficiente) requiere principalmente buena voluntad y la certeza por parte de los equipos gerenciales o cabezas de la organización de que esto traerá beneficios reales.
Y aunque en Estados Unidos el uso de esta metodología es generalizado, en Latinoamérica por la idiosincrasia de la gente y la forma en que están organizadas las empresas su uso es incipiente. En Nicaragua la mayoría de las empresas que lo implementan son las transnacionales.
“En realidad no es tan caro, lo que se requiere es gente que entienda la metodología y la forma de hacer los mapeos y que realmente esté comprometida con la gestión. El costo puede variar desde 35 mil hasta doscientos mil dólares”, dice Rodrigo Murillo, socio director de consultoría de Baker Tilly.