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Guillermo Cortés Domínguez

Falsa superioridad del hombre sobre la mujer

Creer que la mujer es inferior al hombre y por tanto debe subordinarse a este, es la principal causa del asesinato de mujeres o femicidios de parte de sus esposos o parejas de ahora o de antes. Desde esta visión errada, que mucha veces incluye desprecio y odio, el macho considera a la mujer casi como una cosa u objeto de su propiedad y cree que tiene derecho a hacer lo que se le ronca con ella, incluso privarla de su vida, como un terrible y vengativo dios castigador.

Un hombre dominado por las creencias equivocadas de superioridad sobre la mujer, creerá que los celos, por ejemplo, le darán derecho a coartarle su libertad, a cuestionarla, presionarla, arrinconarla, hostigarla sicológica y físicamente, maltratarla y golpearla e incluso eliminarla.

Un hombre que se vea a sí mismo como el patriarca de su casa, no considerará a su esposa o pareja como igual, no la verá como un ser pensante, crítico, capaz de desenvolverse por sí misma, de tener un trabajo y ser exitosa al mismo tiempo en lo profesional, como madre y como esposa. No podrá imaginarla como una persona libre y que la relación con ella debe basarse en el amor, la comunicación y la confianza mutua.

Muchas mujeres se separan de sus maridos para terminar con un calvario, pero en algunos de estos casos, y no pocos, mueren a manos de su pareja al retornar con ellos, como sucedió con María de Fátima Pérez, de 23 años, quien estaba embarazada cuando su compañero de vida se fue a Guatemala y aunque él prometió regresar, nunca más apareció. Nació y creció su niño, sin contar con un papá, por lo que, cuando apareció muy gentil, amable y cariñoso el mexicano Ramón Artavia, de 48 años, fue una felicidad para ambos. El muchachito lo miraba como a un padre.

Pero los celos empezaron a contaminar la relación y María de Fátima tuvo que dejar a Ramón, lo que molestó muchísimo al hombre. Sin embargo, el 14 de febrero del año 2010, él se apareció en su domicilio de Laureles Norte diciéndole que ya no era celoso, que estaba arrepentido y que había cambiado y la invita a celebrar. Ella acepta la invitación y vestida de sandalias blancas, falda celeste y camisa rosada de tirantes, sube a la camioneta roja placas de El Salvador, de su expareja.

Él le compraría una flor y la invitaría a comer pollo en un lugar de Bello Horizonte. Después no se sabe a ciencia cierta lo que ocurrió, pero el cuerpo de la muchacha fue encontrado cuatro días más tarde en el kilómetro 18.5 de la Carretera Sur, en la enigmática y famosa Quinta Angélica, donde en 1890 se radicaron unos italianos, pero quedó deshabitada en 1950, y comenzaron los rumores acerca de que ahí asustaban.

Se le miraban tantos golpes que parecía haber sido atropellada varias veces por la camioneta de Artavia. Quizás este la llevó a un descampado, un cuadro de beisbol o de futbol, la dejó ir para hacerla sufrir, o ella se escapó, corrió, él la siguió con la camioneta y le pasó encima, dio la vuelta, vio que trataba dificultosamente de incorporarse, entonces otra vez la arrolló.

Ramón Artavia trasladó el cadáver de María de Fátima Pérez a la tenebrosa Quinta Angélica, y ahí la tapó cuidadosamente con ramas que cortó en ese lugar montoso y húmedo. Al día siguiente huye hacia la frontera norte, le retienen la camioneta roja en el puesto fronterizo de Las Manos, pero él logra pasar hacia Honduras, de donde presuntamente tomó hacia un lugar de Estados Unidos donde tenía un negocio de venta de carros usados.

¿Cómo podía imaginar María Fátima que en esa fecha, celebrando el Día de los Enamorados, su vida terminaría en la Casa Embrujada?

En cada caso de femicidio —aunque la Policía los etiquete de otra manera— encontramos un comportamiento perturbador de parte del hombre, una manera de ser vergonzosa, anómala, antihumana, porque desgraciadamente así nos han educado, pero el sentido común nos debe decir que actuamos mal. Debemos ver a la mujer como igual, como un ser maravilloso que incluso puede ser más valioso que nosotros y con quien debemos complementarnos para la amistad,  disfrutar de la vida, crear una familia y contribuir con la sociedad.

El autor es periodista.

Opinión hombre mujer superioridad archivo

COMENTARIOS

  1. Maynor Giovanni Pravia Duarte
    Hace 7 años

    Estimado señor periodista, la palabra aceptada por la RAE es feminicidio, recuerde que muchas personas leerán su publicación y aprenderán lo que usted escribió. Saludos.

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