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Secuelas de guerras
Ramón Maldonado García

Secuelas de guerras

Los conflictos bélicos han servido para destruir seres humanos y medioambiente, dejando secuelas difíciles de borrar. Hoy en pleno tercer milenio, los conflictos bélicos se intensifican, ya no hay guerra fría. Ese concepto ha pasado a la historia, gracias a la conducta de algunos gobernantes de las grandes naciones. Es evidente el comportamiento de los que dirigen la península de Corea, igual en nuestro continente americano, los gobiernos parecen afines a mantener conflictos bélicos.

Los gobernantes de Estados Unidos, Corea del Norte, Rusia y China están utilizando lenguaje confrontativo, donde las amenazas, sanciones económicas y de otra índole, son los temas cotidianos; y donde los medios de comunicación juegan un rol importante publicándolos, para que los ciudadanos de gran parte del mundo estemos alerta.

Es menester mencionar las secuelas de la Primera Guerra Mundial.

El desarrollo industrial y la competencia neocolonialista, generaron tensiones y rivalidades en un mundo en el que ya no quedaba nada por repartir a nivel de mercados y colonias.

Causa inmediata de la guerra fue el asesinato de Francisco Fernando de Austria y su esposa Sofía, a manos de un estudiante serbio, el 28 de junio de 1914.

Otras causas: nacionalismo, la expansión militar, rivalidades económicas (Alemania tenía gran crecimiento), la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas habían difundido en Europa el concepto de democracia.

Como consecuencia de estas tensiones, las naciones europeas adoptaron medidas tanto en política interior como exterior entre 1871 y 1914 que, a su vez, aumentaron el peligro de un conflicto; mantuvieron numerosos ejércitos permanentes, que ampliaban constantemente mediante reclutamientos realizados en tiempo de paz.

Rivalidades psicológicas y político-diplomáticas: Alemania tenía en 1913, 850 mil hombres en pie de guerra, Austria 160 mil hombres, Francia aumentó el servicio militar, Rusia dos millones de soldados, pero mal armados, Inglaterra no tenía un ejército terrestre muy grande. Pero tenían un impresionante poder naval.

La guerra de 1914-1918 ocasionó innumerable destrucción y muerte. El proletariado de todos los países beligerantes fue la clase social que más sufrió las consecuencias, y en algunos países intentó apoderarse del Estado. Pero solo el partido comunista ruso, dirigido por Lenin, consiguió su propósito. En otros países, los gobernantes pudieron aplastar las revueltas de las masas populares.

Resultados: La duración del conflicto, según historiadores, fue cuatro años, tres meses y catorce días, originando un profundo cambio en Europa. El costo fue de 186,000 millones de dólares. Las bajas en los combates terrestres ascendieron a varios millones de personas, incluyendo civiles. A pesar que todas las naciones confiaban en que los acuerdos después del conflicto, restaurarían la paz mundial, las condiciones impuestas promovieron un conflicto de mayor destrucción.

Las potencias vencedoras permitieron que se incumplieran ciertos acuerdos establecidos en los Tratados de Paz de Versalles, lo que provocó el resurgimiento del militarismo y de un nacionalismo agresivo en Alemania, y desórdenes sociales en gran parte de Europa.

La Primera Guerra Mundial causó ruina, enfermedades en los países participantes. Hubo adelantos científicos con fines bélicos, y búsqueda de mejor tecnología armamentista que causarían más destrucción y muerte en las generaciones futuras.

Y por último, esta guerra no resolvió los conflictos, por el contrario, los incrementó, y veinte años más tarde surgió la Segunda Guerra Mundial, que produjo otro enorme saldo de muertos, lisiados, huérfanos, viudas, crisis económica, etc.

Otros grandes conflictos bélicos como en Vietnam, Medio Oriente, América Central, donde en Nicaragua murieron 50,000 entre civiles y militares, han dejado grandes secuelas.

Estas secuelas persisten y tienden a profundizarse con los actuales conflictos que no son más que la Tercera Guerra Mundial, donde los protagonistas parecen haber perdido la razón y actúan sustentados en una paranoia y neurosis obsesiva compulsiva por la ambición de poder y destrucción del mundo.

Los vencedores seguirán repartiéndose las posesiones de los vencidos y de los indefensos. Los enfermos seguirán padeciendo enfermedades crónicas, los hambrientos de gran parte del mundo seguirán comiendo pocas veces, los prisioneros inocentes seguirán sufriendo en las cárceles por falta de justicia, los sin hogar seguirán viviendo y durmiendo en aceras, estaciones de trenes o donde les llegue la noche.

Señores poderosos detengan las guerras. No queremos más secuelas.

El autor es médico.

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COMENTARIOS

  1. el carolingio
    Hace 7 años

    Todos llevamos “la guerra por dentro” y en repuestas a lo que creemos injusto hacemos estallarla. El Hombre de Nazaret a quien todos le llamamos ElCristo, sin saber el verdadero significado de esa palabra, nos mostro claramente el camino a seguir, pero no lo entendimos y seguimos no entendiendolo. Al parecer somos como especie un proyecto fracasado y los acontecimientos pasados,presentes y un provable futuro de horror nos lo demuestra

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