Contienen una elevada cantidad de nutrientes y sustancias bioactivas que generan en el cuerpo acciones específicas de protección a la salud, principalmente acción antioxidante, diurética, depurativa y preventiva de algunos tipos de cáncer.
El efecto antioxidante se debe al contenido de fitoquímicos del tipo de los tioles, son compuestos sulfurados que se relacionan con una menor incidencia de cáncer, especialmente de pulmón, estómago, colon y recto.
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Su acción diurética se debe al aporte de potasio y agua. Su función depurativa está influenciada también por el contenido de sustancias nutritivas como vitaminas A, C, K, ácido fólico, magnesio, calcio, selenio y fibra que además ayudan al control metabólico del organismo.
Nos referimos a repollo chino o bok choy, brócoli, coles de Bruselas, repollo, coliflor, rábano, kale o col rizada, hojas de mostaza y berro, entre otros. Se utilizan en ensaladas, guisos, combinados con pastas, papas y carnes, aves o pescados. Es recomendable consumir al menos una porción de 1 taza tres veces por semana.
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Las verduras crucíferas contienen goitrógenos, componentes que disminuyen la acción tiroidea, por esta razón se recomienda evitarlos en personas que padecen hipotiroidismo, sin embargo estos componentes se inactivan cuando dichos alimentos se consumen cocinados, ya sea al vapor, al horno o asados.