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La Prensa

La reforma a la Ley antidrogas

La Asamblea Nacional, en la  que el partido  FSLN  impone su voluntad  como una aplanadora, aprobará esta semana una reforma a la Ley 735.

Esta es la Ley de Prevención e Investigación y Persecución del Crimen Organizado y de la Administración de los Bienes Incautados, Decomisados y Abandonados, la cual fue aprobada el 9 de septiembre del 2010 y puesta en vigencia con su publicación en La Gaceta, Diario Oficial, del  19 y el 20 de octubre del mismo año.

La reforma que se aprobará esta semana se refería originalmente a los bienes incautados a los implicados en el tráfico de drogas y  fue negociada por el Gobierno  con el Cosep. Su propósito, de acuerdo con la información publicada por LA PRENSA el viernes pasado, es que los bancos puedan “adjudicarse las propiedades que sean garantía de un crédito bancario, aún cuando estén relacionadas a un caso vinculado a la Ley 735”.

Este objetivo de la reforma es correcto. No es justo que los bancos pierdan lo que han invertido en créditos  otorgados de buena fe, sin tener conocimiento de que los prestatarios están involucrados en actividades criminales.

Pero no solo los bancos deben de ser protegidos por la Ley. También las otras personas y empresas que  conceden créditos y prestan servicios de diversa clase a quienes resultan  comprometidos en esas  actividades criminales, sin saber previamente que lo son, tienen derecho de recuperar lo que han prestado, alquilado o  invertido.

Esto es tan claro que   no se entiende  por qué  la comisión dictaminadora de la reforma  a la Ley 735  rechazó  de manera tajante  la propuesta presentada por  diputados del PLC, de que no solo  los bancos sino  también las demás empresas y personas  afectadas por las incautaciones  sin ser  cómplices de los delincuentes, puedan recuperar lo que hubiesen invertido.

Se conocen casos de personas que  alquilan vehículos automotores o rentan  casas  sin saber a qué se dedican quienes  contratan esos servicios, y   al ser decomisados los bienes se  los dan a funcionarios y  miembros del partido gobernante,  o sus aliados,  en vez de devolverlos a sus legítimos  dueños.  Esta  es una práctica corrupta a la  que se debería poner fin aprovechando la reforma a la Ley 735.

Tampoco se ha entendido por qué  los diputados orteguistas han rechazado la propuesta  de que para  recuperar  las  garantías prendarias incautadas a los criminales,  se  tiene que  demostrar que “se cumplió con el seguimiento de las personas o empresas a las que financió y que alertaron a las autoridades en los casos de sospechas de que esas personas estaban involucradas en actos ilícitos”. En esto la ley tiene que ser estricta y precisa.

El régimen orteguista  debería tener mucho  cuidado en  lo que se refiere a la legislación contra el narcotráfico, lavado de dinero y otras formas del crimen organizado nacional e internacional. Por   algunas asociaciones políticas turbias del régimen orteguista, especialmente con la narcodictadura  venezolana,    Nicaragua está en la mira de los organismos estadounidenses e internacionales que persiguen las  redes criminales. Para evitar las sanciones que contemplan las leyes de EE.UU.  no basta con cabildear en Washington. Ante todo hay que actuar y legislar  con transparencia y   aplicar rigurosamente la ley.

COMENTARIOS

  1. Juan lopez Molina
    Hace 7 años

    Leperos, ladrones, solo entre ellos se cuidan, por eso no incluyeron a las demas personas afectadas. que lindo!, si no soy banco me van a quitar la casa si la alquilo, el carro si lo lo alquilo, la mercaderia si la guardo en la casa alquilada……. tuanis estan.

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