14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
José Antonio Zarraluqui

El comunismo bien retratado

El presidente Donald Trump tuvo su estreno en la ONU el 19 de septiembre de 2017, un acontecimiento que había suscitado enorme expectación. El peligro saltaba a la vista. Su discurso muy bien podría desencadenar allí mismo, decían, la tercera guerra mundial.  ¿Cómo se comportaría ante el auditorio universal ese individuo semisalvaje con fama de imprevisible, grosero y lenguaraz? ¿A quién o a qué recurrir para contenerlo? ¿De qué manera prevenir el desastre?  Los temores resultaron infundados. El hombre no intentó en modo alguno saltarse el protocolo ni abusó del auditorio, tal hicieran en su momento algunos desconsiderados jefes de Estado o paraestados. Yasser Arafat no se despojó del cinturón con la pistolera y la pistola ante lo más granado de la diplomacia universal. Nikita Jrushov se sacó un zapato y aporreó sin misericordia el atril del alto foro para demostrar lo enfadado que estaba.

Fidel Castro propinó a los circunstantes un discurso de más de cinco horas hasta que algunos no pudieron más y se quedaron dormidos y otros se fueron yendo porque no aguantaban la gana de hacer pis.  Trump, por el contrario, estuvo de lo más comedido para lo que es habitual en él. No lo aplaudieron con entusiasmo como al presidente anterior en su primera cita con la comunidad internacional porque Barack Obama ya había hecho una gira pidiendo perdón a diestra y siniestra, y entonando la cantinela comunista de que los males todos del mundo son causa de los Estados Unidos. Eso es lo que le gusta oír a la mayoría de los gobiernos, entregados con fervor al deporte más popular del planeta, que no es el beisbol ni el basquetbol ni el rugby ni el balompié, sino el antiyanquismo.  De manera que a duras penas aplaudieron a Trump tres veces y sin ningún entusiasmo.

La primera cuando dijo que su principal responsabilidad era para con el bienestar de sus conciudadanos y que esperaba que todos los jefes de gobierno hicieran otro tanto con los suyos. La segunda cuando se refirió a Venezuela. Y la tercera al final, con algo más de animación tal vez para que el orador se acabara de ir. Pero cuando se refirió a la vocación suicida del gordito de los cohetes norcoreano, nada. Y cuando criticó el terrorismo musulmán, nada. Y cuando la emprendió con los ayatolás delincuentes, nada. Y cuando fustigó a la organización por tener como vigilantes de los derechos humanos a flagrantes violadores de esos mismos derechos, nada. Y menos cuando blasonó de la Constitución estadounidense, la más antigua y mejor del universo.

Así que los aplausos cuando abordó la situación del corrupto régimen venezolano fueron del lobo un pelo, pero un pelo muy importante porque demolió la excusa que siempre esgrimen los comunistas para explicar los desastres que causan cuando gobiernan: que el socialismo no se aplicó lo suficiente o lo suficientemente bien. Cuando no es por hache es por be, siempre una circunstancia les malogra la maravillosa gestión que se proponían ejecutar. Si bien las cárceles y los ajusticiamientos no se los malogra nadie. Al cumplirse un siglo de implantado el gobierno de Lenin, la cosecha de muertos de aquel primer régimen comunista y los que vinieron después es pavorosa: 100 millones de seres humanos.  “El problema de Venezuela”, dijo Trump, “no es que hayan implementado pobremente el socialismo, sino que lo han aplicado exactamente como es. De la Unión Soviética a Cuba y a Venezuela”, continuó el presidente, “dondequiera que el verdadero socialismo o comunismo ha sido adoptado ha producido angustia, devastación y fracaso”. Inmejorablemente dicho. Ahora que chille el dictador del bigotazo, Nicolás Maduro. ©FIRMAS PRESS
El autor es analista político.

Opinión comunismo Donald Trump ONU archivo

COMENTARIOS

  1. el carolingio
    Hace 7 años

    Estoy plenamente convencido que la democracia es el mejor sistema y en libertad para la convivencia de los integrantes de una nacion . Pero en lo que respecta a lo economico sea capitalista o comunista-socialista o cualquier sistema que se adopte resulta ineficaz e ineficiente. El egoismo humano es culpable por estas ineficiencias

    1. jose fernandez
      Hace 6 años

      Hay un desacuerdo en asociar la democracia con la libertad.La democracia usualmente aplasta a la libertad propia.La libertad es un deseo propio,y una sensación,y acción de orden individual. La democracia es una fuerza,y un mandato de muchos,esto se efectúa en conjunto con otros seres humanos con los q’ a veces no del todo se esta de acuerdo en todo,y q’ con los q’ muy probablemente se esta en desacuerdo en mas de una cosa común.Esta comunión no es del todo primordialmente positiva,y cierta.

    2. jose fernandez
      Hace 6 años

      No se debe de confundir Libertad con Democracia,pues existe la tendencia de poder ser engañado,en especial por algunos medios de comunicación,o por algunos políticos,o por algunos sistemas político q’ en algunos caso son muy hábiles en la acción,y en el arte de la mentira.

  2. Pepe Turcon
    Hace 7 años

    Excelente escrito Jose Antonio!

    La negacion a la verdad esta llegando a su fin, por todos lados!

    Desde Argentina a Berlin las preguntas honestas cambian la Historia y Nicaragua entera sotto voce clama por justicia.

    Ha sido un proceso a veces lento pero el que va piano va lontano.

    Llegaremos.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí