Hace años inicié una cruzada contra mis alumnos que usaban el celular, mientras desarrollaba la clase, además de falta de respeto constituía una distracción del proceso de enseñanza aprendizaje.
Debo confesar que esta batalla la perdí, y tuve que replantearme la situación, recordé el refrán: “Si la vida te da limones… haz una limonada”, entonces si estos “dorados tiempos” nos traen una invasión de celulares al aula, aprovechemos la tecnología para dar mejores clases.
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De entrada, puedo decirles que ya no llevo diccionarios impresos al aula, cuando corresponde buscar significados de nuevas palabras, hago una competencia a ver qué estudiante encuentra primero en www.rae. es, el término en cuestión para que nos lea lo que dice el Diccionario de la Lengua Española (DLE). Resulta muy divertido observarlos a ver quién “guglea” más rápido.
Si nos corresponde estudiar un autor, buscan su biografía, sus fotos, los videos etc. y los comentamos.
Al estudiar definiciones los mandamos a rastrear la misma en diferentes autores a ver cuál es más completa; por ejemplo: revisen el concepto de oración en la Gramática de Rafael Seco, ahora veamos a Roca Pons, a Gili Gaya, etc.
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Otro uso del celular es que los estudiantes toman fotos de las notas de clase en pizarra o de las proyecciones de Power Point. Claro que ahora escriben menos en su cuaderno, pero eso lo resolvemos, solicitando que para la evaluación nos entreguen sus notas de clases, escritas a mano, para ver cuánto han repasado los temas.
Ah… y con respecto a la evaluación no hagamos exámenes que les permitan hacer fraude, si le pide un concepto de tipos de párrafo, pues lo podrán encontrar, pero si los pone a analizar unos párrafos para que los clasifiquen, ahí ya tendrán que aplicar conocimientos.
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Como pueden ver la era digital llegó a las aulas y creo que podemos revertir la situación de estudiantes chateando o jugando en sus celulares, por un ambiente de búsqueda y análisis de información de utilidad práctica, hagamos la limonada virtual con estos limones digitales.