Cuando de seguridad y protección hablamos, es común evocar la imagen de un chaleco antibalas, pues sabemos que con uno de ellos estamos protegidos aunque nos disparen. Pero, ¿qué es lo que les hace tan resistentes y cómo deben estar confeccionados? Pablo Bosque, jefe de operaciones de la empresa de seguridad VSN, nos cuenta un poco sobre esta prenda.
El chaleco antibalas es un escudo protector elaborado con un material que dada su resistencia al impacto de los proyectiles se le conoce como panel balístico. La gran mayoría funciona atrapando el proyectil en una red de fibras que son muy resistentes, permitiendo que el proyectil transfiera las energías tensando las fibras con las que entran en contacto, además de las zonas vecinas que construyen la red.
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Especialistas en seguridad recomiendan desechar un chaleco que ya ha recibido impactos, ya que la primera capa se destruye y pierde su resistencia. Los chalecos antibalas se clasifican en niveles de resistencia balística según normas internacionales.
Cabe destacar que la amenaza balística de un proyectil depende de su composición, factor de forma, calibre, masa, ángulo de incidencia y velocidad de impacto.
Resistencia balística de un chaleco antibalas
La mayoría de los países que poseen normas de resistencia balística relacionadas con los chalecos antibalas denominan los diferentes niveles con base en números, letras o su combinación. Cada nivel balístico implica un grado de resistencia al impacto, establecido para determinados calibres, velocidades iniciales, pesos de los proyectiles, etc.
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