¿Qué quería ser cuando era niño?
Aviador. Andar en aviones conociendo países.
¿Un apodo?
Pipo era mi apodo. Se transformó en mi nombre de payaso. Mis hermanos y una prima me pusieron así porque en Cuba a los niños se les dice Pipo y como era negrito y chiquito…
¿Se identifica con alguna caricatura?
El Pájaro Loco (ríe).
¿Qué lugar del mundo se muere por visitar?
Egipto.
¿Lo más vergonzoso que le ha pasado?
Una vez que me caí vestido de payaso y fue horrible. Me resbalé en agua caminando en el centro comercial (carcajada).
¿Su primer recuerdo?
Cuando mi mamá me pudo conseguir un pastel. Andábamos buscando queque porque a mis 8 años era la primera vez que mi mamá me podía celebrar mi cumpleaños.
¿Qué olor le recuerda a su infancia?
El estiércol de la vaca (ríe). Cuando llueve y se siente, recuerdo cuando íbamos al campo y sentía ese olor.
¿Fobias?
A los alacranes. ¡Horror! Gracias a Dios nunca me han picado, pero solo ver a ese animal me pone grave. Esos y las culebras.
Si no fuese payaso ¿qué le gustaría ser?
Hubiera sido pediatra.
¿Qué haría hoy si supiera que mañana es su último día?
Andar pachangueando, paseando por todos lados, comiendo, bailando, saludando a todo el mundo. Haría un show todo el día.
¿Cuál es el objeto más extraño que tiene?
Unas piedras que compré en Teotihuacán, México. Son de la armonía, de abundancia.
¿A quién reviviría?
A mi mamá.
¿Tenía amigos imaginarios cuando estaba pequeño?
Sí, eran varios. El gordo, el flaco… más con el flaco platicaba.
¿Alguien a quién admire mucho?
A Rosario Murillo.
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