14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
alcaraván, Aniceto,
Fabio Gadea Mantilla

Socialista

Querida Nicaragua: El papel aguanta lo que le escriban y los rótulos igualmente aguantan cualquier anuncio, sea verdad o mentira. Una valla de carretera es como un grito lanzado al aire y el que todos pueden oír. Aquí hay hermosísimos y carísimos rótulos altos, que se ven a larga distancia y ya los hemos aprendido de memoria como en la novela de George Orwel “1984”.

Ya son figuras familiares las de doña Rosario y don Daniel levantando los brazos en señal de triunfo y proclamando que “van hacia nuevas victorias”. Ya se nos pegó también el eslogan de la revolución “cristiana, socialista, solidaria” y remata con grandes letras blancas “por gracia de Dios”.

Los diccionarios, con mínimas variantes gramaticales, definen el socialismo, así:

“Doctrina política y económica que propugna la propiedad y la administración de los medios de producción por parte de las clases trabajadoras, con el fin de lograr una organización de la sociedad en la cual exista una igualdad política, social y económica de todas las personas”. Leída la definición que del socialismo hacen los diccionarios empezamos a buscar un país importante entre los que conocemos y no encontramos ninguno que se apegue a los postulados del socialismo como tal. Ni siquiera la actual Federación Rusa puede catalogarse como socialista pues es un país capitalista donde el mercado libre funciona y las transacciones comerciales se realizan no solo interna sino que internacionalmente.

De manera que nuestro país, por mucho rótulo que lo pregone no tiene nada de socialista. Es simplemente un país de mercado libre, país desordenado donde los poderes del Estado están manejados por la mano de un dictador y donde las leyes se cumplen a la medida del hombre que manda. Esto no es país ni democrático, ni socialista, donde un mínimo porcentaje de la población se baña en millones y la inmensa mayoría se ocupa en buscar el sustento diario.

Lo que sí hay es países comunistas: Cuba, Corea del Norte y Vietnam. Esos son totalmente comunistas.

Confieso mi ignorancia cuando por mucho tiempo creí que los países escandinavos eran socialistas. La verdad es que Suecia, Noruega y Dinamarca son monarquías constitucionales. Finlandia es república con un sistema educacional extraordinario.

Hace unos meses recibí la visita de un sobrino que vive en Suecia. Siendo adolescente el partido rojinegro lo mandó a estudiar ingeniería. Unos años después regresó y como no había dónde colocarlo lo hicieron bombero, es decir le dieron trabajo despachando en una gasolinera. Decepcionado de haber encontrado su país en aquella situación buscó la forma de irse de nuevo a Suecia y allá consiguió trabajo como ingeniero en una fábrica de cerveza. Se casó con una ciudadana rusa y formaron una familia. Vino de nuevo pero no aguantó ni una semana. “Aquí vivo nervioso tío”, me dijo. “En este país no hay leyes, no hay seguridad, uno está desprotegido. Yo en Suecia tengo todo, buenos colegios para mis hijos, hospitales de primera calidad, medicinas, diversiones, gano buen dinero, cada mes me quitan mis impuestos y con eso toda mi familia está asegurada y mis hijos tienen educación gratuita”. No ha vuelto. En Suecia vive feliz, es ciudadano sueco y goza de todas las garantías.

Tengo otro sobrino en Noruega, casado con una bella muchacha de allá, tienen dos niños. Mi sobrino toca guitarra y canta canciones nicas y seguramente ahora canciones noruegas. Ella también canta. Viven felices, sin sobresaltos, dedicados al trabajo creador. Ahí no hay noticias diarias de mujeres asesinadas, es otra cultura, otra costumbre, otro género de vida. No hay narcotráfico ni lavaderos de dinero. La cultura se ha instalado en fabulosos museos, en catedrales medievales y en castillos milenarios. En los días soleados, que los hay en cierta época del año, las familias acuden con sus hijos a los parques, campos deportivos y zoológicos. Es una vida distinta. Ni socialista ni comunista.

El autor es gerente de Radio Corporación y excandidato a la Presidencia de la República en 2011.

Opinión Daniel Ortega Elecciones municipales Nicaragua archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí