La juez de Distrito Penal de Estelí, Elízabeth Corea, declaró este jueves no culpable a Letty Aminta Olivas Montoya, acusada de asesinar con un cuchillo a su pareja Auner Josué Rugama Bustamante, el pasado 19 de abril, en Condega.
Según Corea las pruebas demostraron “que quien era la persona violenta y quien agredía era el occiso (Rugama). El dictamen médico indica que solo hubo una herida, no hubo ensañamiento simplemente una herida. Ella se defendió a criterio mío”, expresó la juez.
Lea además: Tres obreros del Ministerio de Transporte murieron tras ser arrastrados por un río en Estelí
Mientras el Ministerio Público expuso que Olivas actuó con pleno conocimiento y ventaja frente a su víctima, quien estaba desarmado, la defensora pública Nohamilchez Velásquez sostuvo que se trató de una legítima defensa ante el presunto agresor.
Los hechos
Según la acusación del Ministerio Público, el pasado 19 de abril Rugama se presentó en estado de ebriedad a la casa de Olivas, ubicada en el barrio El Esfuerzo número 2, en Condega, comenzó a ofender a la acusada y a lanzar piedras a la vivienda. Una de las piedras impactó en una de las orejas del hijo menor de Oliva, y le quebró los anteojos que llevaba puesto.
Tras la agresión, el menor y Olivas huyeron hacia la casa de Carlos Vílchez, padre del menor, ubicada al lado de la casa de la acusada. Rugama continuó lanzando piedras por lo que un hijastro de Olivas llamó a la policía para que interviniera, pero les dijeron que no tenían personal porque estaban cubriendo otro caso en la comunidad Piedra Larga.
La acusación revela que la noche del crimen habrían intentado persuadir a la Olivas para que dejara a Rugama y que arreglara la situación al siguiente día, pero esta decidió buscarlo con el cuchillo que le introdujo en el estómago. La herida fue tan profunda que le dañó una vena vital. La defensora aseguró que la víctima es quien andaba el cuchillo y Olivas.
Testigos dijeron haber escuchado que Olivas le dijo a su pareja que esa era la última vez que agredía a sus hijos y la agredía a ella, y luego quedaron en silencio. Posteriormente vieron a la víctima hincado con las manos en el estómago.