Las críticas contra el jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), Wilfredo Penco, continúan desde los diversos sectores políticos y de la sociedad civil, a quien señalan de ser cómplice de diversos fraudes electorales en el pasado para favorecer al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Penco llegó a Nicaragua la medianoche de este lunes, iniciando su agenda de trabajo en reuniones con representantes de los partidos políticos que participan en la actual contienda electoral municipal. Pese a la promesa pública dada por Penco este miércoles, de que se reunirá con organizaciones de las sociedad civil, que no lo haya hecho hasta ahora, ha motivado críticas.
“Todo lo que haga Penco aquí, las directrices, lo recibe de parte de la secretaría general del Frente Sandinista, no de la secretaría de la Organización de Estados Americanos”, dijo el exdiputado opositor Eliseo Núñez Morales.
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Pero Núñez va más allá de sus críticas y asegura que Penco vino al país como jefe de misión de la OEA, pero en carácter de “subordinado” de Daniel Ortega.
“El señor Penco no ha venido en carácter de aliado de Ortega, él ha venido a Nicaragua en carácter de subordinado de Daniel Ortega, así de sencillo”, expresó el opositor y también analista político.
José Antonio Peraza, director ejecutivo del Movimiento por Nicaragua (MpN), expresó que esa organización no ha recibido invitación para reunirse con la misión de observación de la OEA.
“Nosotros queremos reunirnos con él (con Penco), pero tampoco lo vamos a andar buscando”, señaló Peraza.
Tampoco los buscaremos
De acuerdo con Peraza, si tuvieran la oportunidad de encontrarse con el jefe de la misión de observación electoral de la OEA, sería para solicitarle que cumpla con los principios de la Carta Democrática.
“El Movimiento por Nicaragua le pide al señor Penco que es su obligación cumplir con la Carta Democrática y que así como la OEA ha sido contundente con sus informes, señalamientos y observaciones como en las elecciones pasadas, nosotros queremos objetividad de parte de la OEA”, afirmó Pereza, un experto en temas electorales.
Peraza señaló que la exclusión de Penco hacia sectores políticos opositores, así como con miembros de la sociedad civil, puede deberse a influencias del régimen del Ortega.
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“Estoy seguro que el retraso de la OEA, la escogencia del señor Penco y ciertos comportamientos con partidos que no tienen personería, no reunirse con miembros de la sociedad civil (…), yo estoy seguro que obedece a un patrón negociado posiblemente entre la OEA y el Gobierno”, afirmó Peraza.
Wilfredo Penco fue declarado este lunes “ciudadano no grato” por distintas organizaciones políticas y de la sociedad civil, que recordaron su papel al avalar los procesos electorales desde 2008 en su condición de observador del Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela).
El rechazo a Penco, planteado en la declaración de las organizaciones, está sustentada en el señalamiento de que Penco ha sido cómplice de fraudes electorales, una crítica que no respondió este miércoles cuando prometió profesionalismo en el trabajo de la misión de la OEA.
Acuerdo con OEA
Las votaciones municipales son para elegir alcaldes, vicealcaldes y concejales en los 153 municipios del país.
El Sistema Electoral perdió credibilidad desde las votaciones municipales de 2008, por la falta de transparencia y el control del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la estructura electoral.
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La visita de la OEA al país se da en el marco de las negociaciones entre el Ejecutivo de Daniel Ortega y la Secretaría General, presidida por Luis Almagro.
Las conversaciones iniciaron en octubre pasado y devinieron en un documento en el cual se acordó la participación de la OEA como observador en las municipales, después que meses atrás Nicaragua pidió la destitución de Almagro por su posición crítica contra Venezuela, aliada del régimen nicaragüense.
En 2016, en las votaciones nacionales, Ortega llamó a los observadores sinvergüenzas e impidió la observación internacional independiente. El acuerdo de la OEA con el Gobierno supone, además de la observación, el trabajo durante tres años de temas institucionales, como la depuración del padrón.