El ciclista Marlon Samayoa agitó una botella de champán, quitó el dedo del pico y el chorro salió espumoso, salpicándolo a él y a sus compañeros en el descenso. Así fue como celebró la conquista de la Vuelta a Nicaragua, bajo un sol potente este domingo, y el champán sirvió un poco para refrescar.
Luego de cinco días, cinco etapas y 11 horas 38 minutos y 30 segundos a bordo de su bicicleta color mostaza, Samayoa entró a la meta protegido por el equipo EDA Ascidele, que avanzaba rompiendo el viento, asegurando que “el hombre fuerte” se deslizara sobre el asfalto, sin multiplicar sus esfuerzos.
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“Desde hace rato quería ganar la Vuelta. El año pasado me había metido entre los primeros cuatro nicaragüenses, pero eso no era suficiente”, cuenta Samayoa, instalado nuevamente en León, donde aparte del festejo posterior a la competencia, espera darse una comilona porque el equipo destazará una vaca.
Samayoa está viviendo en León desde inicios de este año porque se cruzó al equipo EDA Ascidele, sustentado por el uruguayo Emilio Asconeguy, quien como premio le dio a Samayoa una bicicleta marca Specialized, de esas que se usan en el Tour de Francia, hechas en Estados Unidos a base de fibra de carbón, con un precio en el mercado de más de ocho mil dólares.
La bicicleta y el río
La de Samayoa es de color rojo ladrillo y pegado al celular, mientras se adentra en los detalles, se muestra contento por lo alcanzado, y recuerda aquellos días, cuando tenía 18 años, una bicicleta y le gustaban los ríos.
“Así fue como empecé, me gustaba ir a los ríos, don Fran Jiménez, alguien a quien aprecio, me regaló una bicicleta y empecé a correr”, dice el hombre de 27 años, que casi una década después de aquel momento ha alimentado su pasión día con día. “Es lo que sé hacer y trato de dar siempre mi mejor versión”, señala.
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De bigote pronunciado, que baja rodeando su boca hasta unirse en la barbilla, Samayoa es miembro de la Selección Nacional de Ciclismo y montado en su bicicleta ha corrido en ruta en países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Venezuela y República Dominicana.
Estaba listo
Este último país Samayoa lo visitó en febrero. Su equipo tomó la decisión de hacer el viaje, en señal del primer paso de la preparación que habían planificado para ganar la Vuelta a Nicaragua. “Yo estaba en el tope más alto que podía estar, en los días de más trabajo llegamos a recorrer seis o siete horas”, comenta.
Samayoa se puso al frente de la competencia al ganar la primera etapa en dos horas 51 minutos 18 segundos, abriendo una brecha de un minuto con su más cercano rival, el costarricense Pablo Mudarra, la ventaja disminuyó a 40 segundos en las cinco etapas, suficiente para ganar.
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“Entre un día y otro me ponía hielo en las piernas, no caminaba, la pasé acostado, descansando, y al día siguiente ya estaba listo, a veces se me venía un pequeño dolor en el camino, pero en la mayor parte me sentí fresco, liviano”, reveló.
Desde los 18 años, Samayoa vive solo y donde quiera que va lleva su bicicleta, como señal inequívoca de que esta lo transporta por la vida.