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El Estadio Nacional de Beisbol Dennis Martínez es desde ahora la infraestructura deportiva más importante de Nicaragua. LA PRENSA/M. ESQUIVEL

El Estadio Nacional Dennis Martínez es desde ahora la infraestructura deportiva más importante de Nicaragua. LA PRENSA/M. ESQUIVEL

Nuevo Estadio Nacional de Beisbol es un salto al futuro

El nuevo Estadio Nacional Dennis Martínez es un sueño para los aficionados del deporte y una muestra de que se puede soñar en grande en el país

Luego de varias décadas colocando sus principales eventos deportivos sobre un escenario que se volvió deprimente, y al cual, la modernidad se resistió a llegar, Nicaragua amanece ilusionada esta mañana, mientras se alista para operar un Estadio Nacional de Beisbol con los estándares de calidad mundial, lo que constituye un soplo de esperanza hacia el futuro.

La moderna instalación, que se levanta imponente en las inmediaciones del Paseo Tiscapa, fue inaugurada oficialmente anoche por el Gobierno e invitados especiales, pero será hasta hoy cuando comience a funcionar con la serie amistosa entre Nicaragua y China-Taiwán, país que dio el gran impulso para hacer este sueño realidad, a través de una donación.

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Con capacidad para más de 15 mil personas, estacionamiento para más de ochocientos vehículos y con 47 palcos especiales, el estadio ofrece todas las comodidades para los fanáticos, facilidades para el periodismo y condiciones de juego de primer nivel para los peloteros, quienes seguro tendrán la motivación de brindar el mejor espectáculo posible.

Golpe al escepticismo

“Para nosotros los jugadores, este estadio es como un teatro, que te exigirá un desempeño acorde con la instalación. En el estadio viejo uno se animaba con los aficionados y todo, pero dentro había muchas carencias y eso desmotiva. Ahora no, todos vamos a querer lucir bien”, señala el zurdo Carlos Téller, designado para iniciar el partido de este sábado.

Una instalación de esta magnitud, significa también un golpe a nuestro escepticismo, a las limitaciones que nos imponemos como país y que nos impiden crecer porque solemos verlo todo como imposible. Pero la extensa espera ha concluido, ahí está el nuevo estadio, que ahora nos impone el reto de cuidarlo, mientras nos obliga a modificar ciertos hábitos.

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“Siempre he dicho que en el estadio nuevo, yo quería estar presente en su apertura aunque fuese como policía, pero tengo el privilegio de ser el mánager del equipo nacional y todos hemos hablado de la ilusión que tenemos de utilizarlo y de lucir bien. Esto es histórico y queremos dejar huellas que motiven a las siguientes generaciones”, afirma Julio Sánchez.

Ciertamente su mantenimiento será un reto y aunque a todos nos corresponde cuidarlo, a los administradores les toca la misión de hacerlo rentable. Una vez que pase el entusiasmo y la curiosidad inicial de conocerlo, será la calidad de sus espectáculos lo que lo sostendrá a través de los años, con el propósito de mantener sus niveles de calidad actualizados.

Debe aprovecharse

El estadio nuevo, con los requerimientos de calidad mundial, ya es una realidad. El beisbol tiene que aprovecharlo para tomarse un nuevo impulso y consolidarse como el indiscutible pasatiempo nacional, mientras los jóvenes y niños se ilusionan no solo para jugar ahí, sino para elevarse como lo hizo una vez Dennis Martínez, cuyo nombre honra esta instalación.

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Como país tenemos también muchos retos que superar en otros ámbitos de la vida nacional. Faltan viviendas, hospitales y aulas de clase. Hace falta mejorar el sistema vial en zonas de gran productividad para el país, pero también el sistema de recompensa de los trabajadores y la forma de hacer política, cuya finalidad debería ser la búsqueda del bien común.

Y si se pudo hacer un estadio de esta magnitud, es probable que también podamos mejorar lo otro. A disfrutar el estadio. Este sufrido país se lo merece.

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