Aun cuando ha sido respetado y admirado por su extensa y exitosa trayectoria en el beisbol de Grandes Ligas, algo había impedido que Dennis Martínez se sintiera también apreciado y querido por la fanaticada nicaragüense.
Pero la inauguración del Estadio Nacional que lleva su nombre, parece haber sido la excusa perfecta para el reencuentro de los fanáticos con su ídolo, quien ha disfrutado hasta las lágrimas una emoción que no había vivido.
“He vivido los dos días más grandes de mi vida en mi país. Esto es algo inolvidable para mí. Me siento querido por los fanáticos y eso es algo que llevaré por siempre en mi corazón”, dijo el ganador de 245 partidos.
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Después de firmar con Baltimore en 1973, Martínez se trasladó a vivir a Estados Unidos y ese distanciamiento, unido a su forma de ser bastante recelosa, crearon una barrera que ahora parece haberse venido al piso.
“Yo sabía que había algo que nos impedía acercarnos. A lo mejor yo me equivoqué o se equivocaron los aficionados, no lo sé, pero lo importante es que vivamos el presente y miremos haca el futuro”, dijo Martínez.
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Dennis recibió una ovación capaz de estremecer al más frío de los individuos el jueves 19 de octubre, cuando se dio la ceremonia oficial de apertura del estadio por parte del Gobierno.
“Sin embargo, al día siguiente me sentí más conmovido aún. Por alguna razón, los fanáticos se levantaron de sus sillas y me ovacionaron varios minutos. Fue una cosa increíble y sentí su cariño muy cercano”, valoró.
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Martínez asegura que ese cariño era justo lo que necesitaba para seguir impulsando con mayor determinación incluso, proyectos que combinan deporte y educación, algo que ha realizado en los últimos años.
“Mi meta siempre ha sido representar bien a mi país, y eso fue lo que traté de hacer a lo largo de mi carrera, con mis caídas y subidas, pero ahora me siento más comprometido a colaborar con lo que esté a mi alcance”, dijo.
En verdad, el baño de cariño que recibió Dennis, fue espectacular y aún está estremecido.
El anhelo
“Siempre añoré un respaldo como el que tuvo en su momento Fernando Valenzuela con 50 mil mexicanos en Los Ángeles. Eso es algo que siempre quise, pero que no se pudo dar”, dice Martínez.
”Pero ese respaldo lo he tenido ahora en mi país y eso llena mi corazón. De modo que ya no le envidio nada a Fernando y disfruto la cercanía de la gente”, dijo.
