Incrementos de entre 10 y 15 por ciento en el peso promedio de los novillos y cortes más atractivos para mercados más exigentes, son algunos de los resultados que se esperan en los próximos dos años con la llegada al país de mil sementales de raza pura que son parte del programa de mejoramiento genético del hato que promueve Sukarne. No obstante, la reproducción del hato debe ir acompañada de programas de manejo y alimentación adecuada para garantizar la mejoría esperada.
Los primeros cuarenta sementales —de un total de mil— llegaron al país esta semana y serán trasladados a los centros de acondicionamiento que la empresa tiene en Mulukukú, Nueva Guinea, Muelle de los Bueyes (Región Autónoma de la Costa Caribe Norte y Sur) y en la planta de Villa el Carmen, Managua, para ser puestos a disposición de los ganaderos que abastecen a la empresa.
“Esto es parte de las exigencias de los mercados que nos piden mayor trazabilidad, mayor calidad y por eso queremos hacerlo en conjunto (con los productores) no los vemos como competencia sino como eslabones… Esto para el productor significa más carne en menos tiempo, es decir más ingresos en menos tiempo”, dijo Raúl Vizcarra, gerente general de Sukarne Nicaragua.
Crecimiento de hasta 15%
“Lo que vamos buscando al meter raza de carne es que el ganadero tenga mayor peso, por decirlo así, si un animal a los seis meses pesa doscientos kilos, con el uso de estos sementales seguramente va a pesar 220 o 230 kilos, un crecimiento del 10 o del 15 por ciento”, dice Alfredo Beltrán Félix, director de abasto de la empresa mexicana.
Beltrán añade que además del crecimiento en el peso promedio de los hijos de estos toros, Nicaragua podrá satisfacer mercados más exigentes, ya que estos sementales al carecer de joroba tienen lomos más anchos y eso es atractivo en los mercados globalizados de exportación.
Para René Blandón, presidente de la Comisión Nacional Ganadera de Nicaragua (Conagan), el solo hecho de tener terneros de mejor calidad genética cambia el panorama del sector. Sin embargo, advierte que el esfuerzo no debe limitarse a eso, ya que si no se le da un manejo y una alimentación adecuados a estos animales de nada servirá el esfuerzo.
“Nosotros necesitamos cambiar completamente la genética, porque para llegar al programa de reconversión competitiva de la ganadería el cambio de genética es uno de los componentes. Pero si no se cambia la manera de producir ni se da manejo, alimentación ni sanidad animal… no se está haciendo mucho, el cambio tiene que ser en la matriz de todos los componentes que eso requiere para tratar de sacar adelante la ganadería”, sostiene Blandón.
Por su parte, el presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), Álvaro Vargas, confía en que el uso de estos sementales permita que Nicaragua deje de producir carne industrial para pasar a cortes de mayor valor.
“Nosotros somos productores de volúmenes de carne industrial que es la más barata en los mercados internacionales y tenemos que trabajar en alianza con la industria para traer razas de carne a Nicaragua que unidas al manejo, alimentación y genética nos permita dejar de ser proveedores de materia prima para comenzar a darle valor agregado a la producción de carne”, dijo Vargas.
Datos de la matanza
405,800 reses se sacrificaron entre enero y julio de este año en las plantas industriales, según las estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN).
72,800 cabezas de ganado se procesaron en los rastros artesanales entre enero y julio de este año. Este año, las estadísticas del BCN no reportan el peso promedio de los bovinos sacrificados.
400.9 kilos fue el peso promedio de las reses procesadas por los mataderos durante el 2016 y representa un crecimiento del 14 por ciento con respecto a los 349.7 kilos que promediaron las reses sacrificadas durante en 2015 por los mataderos.
324.0 kilos es el peso de las reses sacrificadas en los rastros en 2016 y se mantuvo invariable con respecto al 2015.