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Cartas al Director, farsas electorales

Cartas al Director

El diálogo propuesto por la Conferencia Episcopal es la mejor muestra del deseo de solucionar nuestros problemas aquí mismo, pero Ortega calla

Nica Act y elecciones
Después del alboroto que ha causado la Nica Act por parte de los seguidores del régimen quiero decirle a los que piensan que es un acto injerencista y que nuestros problemas debemos resolverlos nosotros mismos que sí, es injerencismo por parte de Estados Unidos ya que Daniel Ortega y sus colaboradores son nuestro problema, pero ¿cómo dialogar con quien no quiere hablar? ¿A quién recurrir si todos los poderes los ostenta el dictador? ¿Cómo participar en elecciones si los verdaderos opositores no están en las boletas? para expresar una opinión adversa al régimen solamente hay un canal de televisión, un periódico y una radio mientras ellos tienen todos los medios que desean.

El diálogo propuesto por la Conferencia Episcopal es la mejor muestra del deseo de solucionar nuestros problemas aquí mismo, pero Ortega calla, el mudo solamente habla cuando le tocan donde le duele y sin recibir los financiamientos de los principales organismos financieros internacionales ya no podrá seguir engañando a los borregos de desfile con el cuento de que las inversiones salen del bolsillo del comandante y la compañera.

Si el Gobierno quiere que se cierre la Nica Act debe empezar abriendo todos los espacios y eso es más difícil que pellizcar a un vidrio.

En cuanto a la misión de la OEA, el que se pierde es porque quiere. Por alguna razón el señor Almagro no se dirige directamente a Nicaragua, pero con su mensaje a los venezolanos es como decir “te digo a vos Juan para que oigás vos Pedro” y el que participa en el juego con el árbitro parcializado es como el que presta la mujer para bailar y el caballo para torear: no tiene que reclamar. Dios salve a Nicaragua
Walter F. Pineda Úbeda.

Farsa electoral
Siempre dije que el sistema electrónico digital electoral venezolano era uno de los mejores en América muy a pesar de todos los problemas que existen en ese país, pero como todo dictador y dictadura que quiere perpetuarse en el poder daña y quiebra las instituciones y los sistemas democráticos, en Venezuela, desde la convocatoria a la llamada constituyente, dañó y violentó lo único legal y transparente que les quedaba, el sistema electoral.

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, como no pudo violentar el sistema electrónico digital electoral lo que hizo en la pasada constituyente, fue inflamar los votos a como sucede en los procesos y farsas electorales que se desarrollan en Nicaragua.

En el pasado proceso electoral regional en donde se elegiría a los gobernadores de los Estados de Venezuela, el voto electrónico digital fue desaparecido por la dictadura chavista por lo que votaron a su gusto y antojo con boletas, en donde los resultados de este proceso fueron desconocidos por la comunidad internacional porque careció de toda credibilidad.

Igual sucede en Nicaragua en donde el pueblo cada día está más sometido a la pobreza, al desempleo y la desesperanza, por lo que se nos hace inconcebible que la dictadura sandinista y sus colaboracionistas en las farsas electorales, obtengan una mayoría de votos.

La reciente encuesta dada a conocer por un organismo denominado Sismo dice que el 67 por ciento de los nicaragüenses expresaron que el gobierno del dictador Daniel Ortega lleva al país por el camino correcto, 74 por ciento le genera esperanza este gobierno, el 80 por ciento aprueba la gestión del gobierno, pero después el 76 por ciento de los encuestados dicen que sus mayores problemas son los económicos. Entonces, cómo es que este gobierno va por el camino correcto, que le genera esperanza, si una gran mayoría de esos encuestados dicen que sus problemas son económicos.
Máximo M. Castillo (Mexicano)

El mercado, el peor “enemigo” de los políticos
“No queremos escuelas funcionales a las necesidades del mercado”, rezaba la pancarta de una estudiante izquierdista durante una manifestación en Buenos Aires. Pobre chica, la han engañado al punto de llevar ese cartel que, realmente, dice “no queremos escuelas funcionales a mí, a mi familia y a mis amigos”.

Los políticos le han hecho creer que el mercado son empresarios que manejan la economía pensando en sus ganancias, porque de este modo pueden justificar la necesidad de que los gobiernos intervengan en la economía y hagan grandes negocios, corrupción de por medio. Irónicamente, muchos ricos suelen apoyar esta idea, porque necesitan de los políticos para armar negocios suculentos, como cuando piden controles aduaneros que impiden la competencia del exterior.

Así, estos empresarios hacen enormes ganancias empobreciendo a las personas comunes, lo que retroalimenta la idea de que “el mercado” es solo un abuso de los ricos, cuando es todo lo contrario: es la persona común que se relaciona pacíficamente con otras en pos del beneficio económico de ambos.
El corolario es que no existe, por un lado, la libertad económica y, por el otro, la libertad política o física. No existe distintas libertades, existe solo una indivisible salvo en la mente de los políticos que quieren justificar cuando coartan la libertad en su propio beneficio. Quizás, el caso más sintomático sea el de China, que libera al mercado parcialmente pero no termina de desembarazarse del comunismo y sigue coartando la libertad en buena medida, con lo que deja de crecer todo lo que podría.

Desde su llegada al poder en 2012, el presidente chino, Xi Jinping ha promovido la noción de “soberanía de internet”, por la que Beijing puede dictar a sus ciudadanos lo que no pueden ver y publicar en la red. Está prohibida Instagram, Snapchat y Twitter porque el gobierno estaba nervioso por el papel que jugaron en la Primavera Árabe y la Revolución Verde de 2009 en Irán. Gmail —y YouTube— es uno de los muchos servicios de Google que está restringido por los reguladores chinos, salvo en Hong Kong que mantiene un mayor grado de libertad lo que redunda en un mayor desarrollo económico.

La censura china llega a la ridiculez de bloquear transferencias de dinero con números que coinciden con fechas sensibles, como la represión contra los manifestantes de la Plaza Tiananmen el 4 de junio de 1989. Lo que viene a demostrar que no existe realmente una línea divisoria entre libertad económica, política, física o de difusión de ideas. Críticas sobre derechos humanos, Tíbet o el Partido Comunista están prohibidas. Por cierto, y quizás esta sea la clave de todo, se prohíbe informar sobre la riqueza de los funcionarios chinos.

Periodistas extranjeros, diplomáticos o activistas locales encuentran en la aplicación Whatsapp uno de los pocos reductos en los que escapar de la férrea censura china. Sin embargo, desde hace pocos días, los usuarios han visto cómo incluso este servicio de mensajería se bloquea y tiene numerosos problemas. Es un momento muy sensible ya que el 18 de octubre, Pekín acogió el XIX Congreso del Partido Comunista, que se celebra cada cinco años y en el que se dio por hecho que Xi Jinping renovó su cargo como presidente.

Alejandro A. Tagliavini.

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