Luis Arias ha tenido siempre presente en su vida tres banderas: la de Nicaragua, la de Cuba y la de Estados Unidos.
Por sus venas corre por igual la sangre de su madre, Blanca, nacida en Managua, y la de su padre Luis, oriundo de la isla, mientras que la tierra del sueño americano fue donde nació en 1991.
Entre la escuela, los deportes y el gallopinto, Luis fue creciendo en Milwaukee.
“Era un niño que molestaba mucho, jugué beisbol y me encontré con el boxeo a los ocho años. Al entrar al gimnasio por primera vez, vi a dos personas peleando y me gustó el ambiente, y los sonidos”, cuenta Arias desde Miami, donde ha entrenado para su última pelea.
Luis es el menor de tres hermanos y su apodo es “Cuba”, porque hubo un tiempo en que su padre Luis aficionado, y como suele pasar que los padres heredan los nombres a sus hijos, en este caso también pasó con el sobrenombre y el deporte.
“Quiero ser campeón del mundo”
“Soy un joven con una meta: llegar a ser campeón del mundo. He trabajado horas incontables para llegar a esto, desde que tengo ocho años, y no voy a dejar que la vida se me pase sin cumplirlo”, señala.
Como que a “Cuba” Arias le duele muy hondo que a sus 27 años y un récord invicto de 18 victorias, de ellas nueve por la vía del nocaut, su nombre y sus esfuerzos sean pocos conocidos.
“Yo he estado entrenando como un hombre, soy alguien que tiene mucha confianza, y es el tiempo de que el mundo sepa quién soy yo”, dice, como quien está parado frente al mejor de los escenarios, con una fe salvaje.
La noche del próximo 11 de noviembre Luis subirá al cuadrilátero sosteniendo en una de sus manos la bandera de Nicaragua. La oportunidad que esperaba le ha llegado y se medirá al estadounidense Daniel “Miracle Man” Jacobs, en la división de las 160 libras, en Nueva York, como estelarista a través de HBO Boxing.
“Jacobs tiene el único mérito de haberle aguantado en pie a Gennady Golovkin. Sé que es un tipo grande, fuerte, rápido, pero creo que lo voy a noquear. A mí nadie me ha ganado, a él sí”, comenta.
En las conferencias de prensa para promocionar el combate, Arias ha lucido respetuoso, pero libre de todo miedo.
“Mi madre ha sido una bendición para mí, es uno de mis motores principales, he tomado su consejo de que yo voy a llegar hasta donde me lo proponga, y para mí esa batalla con Jacobs es una batalla más, pero a la vez es la batalla de mi vida”, manifiesta Arias.
Sus firmas
Sus primeras diez peleas como profesional (noviembre de 2012 – agosto de 2014), las hizo siendo parte de Floyd Mayweather Promotions, pero “Cuba” Arias habla poco de la separación.
“Con Floyd trabajé como sparrings para la pelea que él hizo con Miguel Cotto, después me dijo que quería tenerme en su equipo. Pensé que él me iba a convertir en una superestrella, pero no recibí la oportunidad, él tendrá sus razones”, declara.
Casi inmediatamente estampó su firma con Roc Nation Sports, y en febrero cumplirá tres años con la marca.
“Me siento mental y físicamente listo para mi pelea con Jacobs. Esa noche mucha gente se tendrá que grabar mi nombre. Le pido a mi gente de Nicaragua que esté pendiente, que es un orgullo ser parte de tan bello país, yo me siento de allá”, concluye.
“Jacobs es el culpable de que en estos días no estén en mi dieta el gallopinto y el nacatamal”, dice sonriendo Arias, quien vino por última vez a Nicaragua en 1994, pero desea volver pronto, quizá luego del posible triunfo.