El gobierno español comenzó a asumir las funciones que hasta el viernes ejercía el Gabinete regional catalán, al aplicar ya el decreto de medidas para restablecer la legalidad tras la declaración de independencia aprobada el viernes por el Parlamento autonómico.
Entre tanto el ya expresidente catalán Carles Puigdemont, cesado desde el viernes como jefe del Gobierno regional, pidió a los catalanes que hagan “oposición democrática” y “cívica” al Ejecutivo español, que le destituyó junto al resto de su Gabinete por su desafío independentista.
El líder secesionista protagonizó ayer una declaración grabada —según se supo después— en la ciudad de Girona y no en la sede gubernamental que ocupó hasta el viernes, y en la que rechazó la “agresión” del Gabinete español.
“Seguiremos trabajando para construir un país libre”, afirmó el presidente catalán destituido en su discurso televisado menos de 24 horas después de una declaración de independencia que agravó, todavía más si cabe, una crisis de proporciones inusitadas en décadas.
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Oficialmente esta región de 7.5 millones de habitantes se levantó bajo control de la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, y con sus antiguos dirigentes independentistas destituidos.
El parlamento también estaba disuelto después de que el jefe de Gobierno central, el conservador Mariano Rajoy, anunciara elecciones para el 21 de diciembre para restaurar la normalidad en esta región, convulsionada tras el referéndum inconstitucional del 1 de octubre.
En la sede del gobierno catalán, el palacio de la Generalitat en Barcelona, frente al que miles de personas celebraron en la víspera la declaración de independencia, seguía ondeando la bandera española.
Poder paralelo
Pero ni los compañeros de gobierno de Puigdemont ni los diputados independentistas que declararon la secesión dieron indicios de abandonar sus cargos. Queda por ver también si los partidos separatistas querrán concurrir en las elecciones convocadas por Rajoy.
“En este momento tenemos dos legalidades coexistiendo” en Cataluña, afirmó a la AFP Jaume Alonso, el abogado de Carles Puigdemont que puede ser acusado de rebelión, delito penado con hasta treinta años de prisión.
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Pero desde el gobierno español la visión es muy distinta: “Existe una legalidad y una invención”, señaló una fuente del departamento de Presidencia.
Aislado internacionalmente
Puigdemont está totalmente aislado internacionalmente. Ningún país reconoció la declaración de independencia formulada en el parlamento y las instituciones europeas mostraron un apoyo sin fisuras al gobierno de Mariano Rajoy.
Gobiernos y cancillerías de todo el mundo continuaron expresando su apoyo al gobierno español frente a la declaración de independencia aprobada por el Parlamento de Cataluña, mientras que el papa Francisco se mostró preocupado por “el retorno de los nacionalismos” en Europa.
Países como Brasil, Australia, Rumanía, Portugal y Grecia, entre otros, defendieron la unidad de España, como hicieron el viernes Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Canadá, Argentina, México o Colombia, además de instituciones como la UE, la ONU y la OTAN.
Un día después de la declaración de independencia del Parlamento de Cataluña, aunque sin mencionarla expresamente, el Vaticano reconoció que el papa Francisco está preocupado por “el retorno de los nacionalismos” y las “presiones disgregadoras” que afectan a Europa, según aseguró el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
Por su parte el presidente del Parlamento Europeo dice que la decisión española de convocar a una nueva elección en Cataluña tras la declaración unilateral de independencia “es lo correcto”. Antonio Tajani habló a la prensa al salir de un foro en el Vaticano acerca del futuro de Europa.
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Tajani dijo que la posición de Europa es muy clara: “Nadie reconocerá jamás a Cataluña como país independiente. El referendo fue ilegal… Se debe restaurar el Estado de Derecho”. Dijo que la elección permitirá a los catalanes “decidir qué clase de gobierno quieren. Todo debe hacerse de acuerdo con la Constitución española”. Europa, dijo Tajani, espera que el diálogo permita resolver la “situación difícil”.
Destituyen a jefes policiales
El presidente Mariano Rajoy consiguió el relevo de la cúpula de la Policía regional de Cataluña, los Mossos d’Esquadra. Su director aceptó su cese y el mayor Josep Lluís Trapero también cedió su lugar a su número 2, como ordenó el Ministerio del Interior.
Y ahora, los aproximadamente 16,000 agentes de este cuerpo se encuentran a la expectativa de qué órdenes deberán seguir: las recibidas desde Madrid o las del hipotético Gobierno de la República proclamada el viernes y no reconocida por ningún país.