14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
ajuste fiscal, Nicaragua

Economista Adolfo Acevedo. LA PRENSA/ARCHIVO

Los factores del crecimiento en Nicaragua

Según el Banco Mundial el incremento de la fuerza de trabajo ya sea por el bono demográfico, como por el bono femenino, ha sido determinante para el crecimiento del PIB per cápita

Al analizar los factores de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, el reciente documento  del Banco Mundial (Nicaragua Paving the way to faster growth and inclusión) encuentra que el factor más importante ha sido el crecimiento de la fuerza de trabajo, debido tanto al incremento de la población en edad de trabajar como porcentaje de la población total (bono demográfico), como a la creciente participación laboral femenina (bono femenino).

Por identidad matemática, la tasa de crecimiento del PIB per cápita es igual a la tasa de crecimiento de la población en edad de trabajar como porcentaje de la población total, más la tasa de crecimiento del porcentaje de la población en edad de trabajar que encuentra ocupación o empleo, más la tasa de crecimiento de la productividad del trabajo.

La fase del bono o dividendo demográfico se expresa en el incremento de la población en edad de trabajar como porcentaje de la población total. Entre 2001 y 2014, dicho porcentaje creció a una tasa promedio anual del 1.1 por ciento promedio anual, lo cual contribuyó a explicar el 46 por ciento de la tasa de crecimiento promedio anual del PIB per cápita, que fue del 2.4 por ciento.

Al mismo tiempo, el incremento del porcentaje de la población que se incorporó a la actividad económica –como resultado, principalmente, de la creciente incorporación femenina al mercado laboral– y que encontró algún tipo de ocupación, habría contribuido a explicar el 21 por ciento de la tasa de crecimiento promedio anual del PIB per cápita. Así, en su conjunto, el bono demográfico y de género habrían explicado el 67 por ciento del crecimiento observado del PIB per cápita en ese periodo. El crecimiento de la productividad solo explicaría el 33 por ciento restante del crecimiento del PIB per cápita.

Debido al pobre desempeño de la productividad, el crecimiento observado del PIB per cápita ha sido marcadamente insuficiente. Si todos los países continuasen creciendo a las tasas promedio de 2010-2015, el documento encuentra que a Nicaragua le tomaría “15 años para alcanzar el nivel del PIB per cápita de Honduras, 25 años el de Guatemala y 37 años el de El Salvador. Por otra parte, le tomaría 79 años creciendo a las tasas actuales para alcanzar el PIB per cápita promedio de América Latina y El Caribe”. Alcanzar el PIB per cápita de 1977 de la propia Nicaragua tomaría 17 años y alcanzar a Costa Rica tomaría más de cien años.

Por el contrario, si a las tasas de crecimiento de la fuerza de trabajo que resultan del bono demográfico y de género se agregasen unas tasas elevadas de crecimiento de la productividad, se obtendrán tasas de crecimiento económico muy altas. En tanto la productividad media de la economía es un promedio ponderado, siendo el factor de ponderación el peso de cada actividad económica en la generación de empleo, en la medida en que porcentajes cada vez mayores del empleo fuesen generados por actividades de creciente productividad, la productividad media de la economía crecería a tasas muy altas.

De esta manera, en lugar de que el empleo fuese generado, de manera predominante, por actividades de muy baja productividad e ingresos, como hasta ahora, se iría incrementando de manera sistemática la participación del empleo de mayor productividad en el empleo total, con lo cual crecerían de manera simultánea tanto la fuerza de trabajo como la productividad. Esto permitiría enfrentar los desafíos del proceso de envejecimiento en mejores condiciones.

Pero eso no es lo que está ocurriendo. Se ha reducido el empleo en la agricultura, que es el sector de menor productividad de nuestra economía, pero en lugar de incrementarse la participación del empleo en actividades de mayor productividad, el mismo se ha reasignado principalmente hacia actividades que también son de muy baja productividad, como el comercio y los servicios informales, de manera que la productividad media ha permanecido baja.

(*)Economista

[email protected]

 

Economía Adolfo Acevedo Vogl Economía y Desarrollo archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí