A seis días que inicie la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP23), el informe Disparidad en las emisiones, reflejó que los compromisos adquiridos por los países que forman parte del Acuerdo de París representan solo una tercera parte de la reducción de emisiones necesarias para el 2030, estos datos se alejan de los objetivos climáticos mundiales.
Según el informe publicado por la Organización de Naciones Unidas Medioambiente, aunque se cumplieran las acciones expuestas actualmente por las naciones para frenar la temperatura en 1.5 grados centígrados y mantenerla lo más lejos posible de los 2 grados, la temperatura alcanzaría, al menos, tres grados centígrados para finales de siglo (año 2100).
Estos nuevos resultados implican que los países deben analizar sus propuestas, y apuntar a que estas sean “más fuertes”, aseguró ONU Medioambiente, de cara a la revisión programada para el año 2020.
Por su parte, el oficial de cambio climático del Centro Humboldt, Alejandro Alemán, explicó que es un hecho que existe una gran disparidad de emisiones, pero Nicaragua es uno de los países que tiene una de las emisiones menores (0,03 por ciento a nivel mundial) por eso sus Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) deben tener un fuerte componente de adaptación.
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Asimismo, a la par de las NDC, Nicaragua debe contar con instrumentos que permitan fortalecer la implementación de estas, los cuales deberían de ser la ley de cambio climático y un plan nacional de adaptación.
Alemán también sugirió que deberían de ser parte de estas contribuciones nacionales, la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, que busca eliminar el uso y la producción de gases que están, principalmente, en refrigerantes y aires acondicionados y afectan la capa de ozono.
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Metas de la región
Según el sitio web de la Convención de Naciones Unidas, dentro de las NDC de Guatemala apuestan por “la existencia de un Programa de Incentivos que motive actividades voluntarias de reducción o absorción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Asimismo, Honduras se ha planteado el cambio de prácticas agrícolas, que incluyen la implantación de sistemas agroforestales Quesungual; reducción de la carga de fertilizantes; uso de abonos orgánicos de absorción lenta; cambios en los calendarios de cultivos; incentivación de la producción de semillas criollas adaptadas a las condiciones locales.
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En el caso de Nicaragua aún no se conocen cuáles serán sus contribuciones nacionales. Estas deben apuntar a las energías renovables, lo cual no solo implica la matriz energética, dijo Alemán.