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A Jader Antonio Díaz Hidalgo se le celebró audiencia a través de videoconferencia por padecer tuberculosis, partes lo acodaron previamente, dijo judicial. LA PRENSA / M.VÁSQUEZ

Realizan juicio por video conferencia a reo enfermo

“Ya no aguanto, no dejo dormir a los demás presos que se quejan de mi tos porque no los dejo dormir, me duele el pecho y la espalda, quiero que me lleven al hospital”, dijo Díaz Hidalgo con dificultades visibles para respirar

Se escuchaba una tos de forma insistente desde la Sala seis de los Juzgados de Managua. Como si alguien tosiera desde dentro de una caja.

Al otro lado de una puerta enllavada, se observaba al reo tras una mampara con un tapaboca y un pañuelo en las manos. Frente a él una pantalla plana donde se miraba en otra sala al juez, la defensa y el fiscal celebrando un juicio.

El enfermo se identifica como Jader Antonio Díaz Hidalgo, quien estaba siendo procesado en la Sala nueve, por tráfico interno de droga, a través de video conferencia.

La razón del aislamiento: tuberculosis, enfermedad respiratoria de alto contagio. Esta enfermedad se disemina a través del aire, cuando una persona infestada tose, estornuda o habla.

“No es discriminación”

Adela Cardoza, titular del juzgado Segundo Distrito Penal de Juicio dela capital, quien lleva la causa, aclaró que el uso de la video conferencia con el reo “no se trataba de discriminación, sino de prevención y que fue previamente acordado entre las partes incluyendo al procesado”.

Según una tía del reo, los jueces ya habían mandado muchos oficios a las autoridades del Sistema penitenciario Nacional, pero aún no lo mandaban al hospital.

Sin embargo, la juez dijo que le informaron del sistema que en el hospital Alemán Nicaragüense necesitaban un lugar aislado para atenderlo y que pronto lo llevarían.

En esa misma audiencia el procesado decidió admitir los hechos porque ya no aguantaba más su estado de salud y lo único que pidió de viva voz es que lo llevaran al médico.

“Ya no aguanto, no dejo dormir a los demás presos que se quejan de mi tos porque no los dejo dormir, me duele el pecho y la espalda, quiero que me lleven al hospital”, dijo Díaz Hidalgo con dificultades visibles para respirar.

Por el delito la Fiscalía pidió seis años de prisión, resaltando que Díaz es reincidente, pues ya había sido condenado por el mismo delito. Su defensa pidió la mínima tomando en cuenta la admisión de los hechos y el principio de la dignidad humana.

La situación de salud de este reo no es ajena a muchos otros, según Pablo Cuevas, de la Comisión Permanente de Derechos humanos (CPDH), quien afirma que reciben muchas quejas de familiares de reos enfermos y que además de no llevarlos a medicina legal o al hospital les niegan la introducción de medicamentos bajo receta médica. “Los jueces están cumpliendo, el problema es que las autoridades del sistema no acatan la orden judicial”, enfatizó Cuevas.

Enfermedad contagiosa

La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa, es decir que se transmite fácilmente y afecta varios órganos del ser humano. La más frecuente es la tuberculosis pulmonar.

Solo en el año 2016 murieron 124 personas a causa de tuberculosis en Nicaragua y 7,661 contrajeron la enfermedad según explica el Mapa de Padecimientos de Salud que publicó hace algunos meses el Ministerio de Salud (Minsa). Los síntomas más comunes son: tos, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso.

En Nicaragua se cuenta con las medicinas adecuadas gracias al auspicio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y son entregadas gratuitamente por el Minsa a los pacientes.

Minsa debe supervisar

Para Pablo Cuevas, asesor jurídico de la CPDH, el Ministerio de Salud debe inspeccionar y controlar las plagas que ocasionan enfermedades dentro de los sistemas penitenciarios y evitar focos de contagios porque los reos se relacionan con sus familiares que si salen al exterior y pueden esparcir alguna enfermedad.

“Los ciudadanos pierden su derecho a la libre movilidad, pero no sus derechos fundamentales entre ellos el acceso a salud. En las cárceles las enfermedades se propagan porque no hay atención inmediata de parte de las autoridades y dejan que las enfermedades deterioren la salud del conminado”, agregó Cuevas.

El procesado Jader Antonio Díaz Hidalgo permanece preso en espera de sentencia después de admitir que traficaba droga.

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