Dos disparos en el pecho fueron los que acabaron con la vida de Darling Domitila Méndez, la oficial de Policía de 30 años, que fue asesinada por su expareja Edwing Loáisiga, de 56 años, quien tras cometer el crimen se disparó en la cabeza.
La imagen de los cuerpos tendidos en el patio de la vivienda que rentaba Méndez, ubicada en el barrio San Nicolás, no deja de resonar entre los boaqueños. La vela de Méndez se realizó en la iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, donde tiempo atrás se unió a Loáisiga.
Presenciado por hijas
La noche de este miércoles, cuando ocurrió el crimen, los vecinos se agruparon frente a la vivienda y no dejaban de comentar el hecho, el cual fue presenciado por las hijas de Méndez, una de 4 años y otra de 15.
Según amigos de la víctima, hace un mes que Méndez rentaba una casa en el barrio San Nicolás, donde habitaba con sus hijas, aproximadamente el mismo período que llevaba la separación con Loáisiga, quien el día del suceso llegó en dos ocasiones a la vivienda: la primera a dejar a la hija de ambos (de 15 años) y la segunda para cometer el crimen.
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Se conoció que Méndez se preparaba para mudarse al municipio de Santa Lucía, lugar al que había sido reasignada por la Policía Nacional.
Tres meses en la Policía
Darling Domitila Méndez tenía tres meses de pertenecer a la Policía Nacional y hasta el momento esta institución no se pronuncia sobre el crimen. Felipa Sevilla, vecina de la occisa, relató que en la zona se escucharon varios disparos y que momentos después la hija mayor de la víctima salió a la calle gritando que habían matado a su mamá. “Yo agarré a la niña y ahí nomasito me vine (para mi casa). Después me llamaron que fuera a la casa y que llamara a la Policía, yo pasé de viaje y solo la miré a la muchacha que estaba tendida en el suelo, a él no lo miré, pensé que se había ido, pero después escuché a la gente que decía que estaba más adelante (en el mismo patio)”, detalló.