Rosario Murillo, vicepresidenta designada por el poder electoral, hizo circular, a través de correo electrónico, el artículo de opinión “El furibundo ataque a la cultura de un pueblo”, escrito por Edwin Sánchez, en el que solo se aceptan los números del Latinobarómetro 2017 que favorecen la imagen del Ejecutivo, pero se descalifica el análisis a las respuestas contradictorias de los ciudadanos al valorar al Gobierno y los aspectos institucionales.
En el artículo oficialista se defiende que, según el estudio, el 42 por ciento de los entrevistados expresó confianza en el Gobierno, pero no se menciona que para el 43 por ciento de los nicaragüenses consultados en el país gobiernan “grupos poderosos en su propio beneficio”.
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La interpretación de Carlos Denton, presidente de CID Gallup —la firma que realizó el Latinobarómetro— es que esas contradicciones se deben a que los nicaragüenses temen expresarse negativamente hacia Ortega por temor a represalias de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC) y perder los beneficios económicos como los subsidios.
Para el oficialismo ese análisis “es parte de una funesta matriz ideológica: si los sandinistas están en el poder, hay que acabar a como sea con ellos. Asesinato de reputación se llama esta descontrolada aversión a alguien, un partido, una etnia, un país. De ahí las largas campañas de desinformación, de propaganda atroz, de falacias desmesuradas, y su afición sistemática de anunciar desgracias y calamidades con tal de pintar un cuadro tétrico que solo cabe en un pensamiento ultraconservador”.
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Estudios refuerzan
El politólogo y director ejecutivo del Movimiento por Nicaragua, José Antonio Peraza, explicó que otros estudios como el de Participación electoral en Nicaragua, realizado por la Universidad de la Florida hace cinco meses, refuerzan el descontento de los ciudadanos ante el deterioro institucional.
Peraza explicó que para ese estudio se realizaron grupos focales concluyendo como “alarmante encontrar calificativos al sistema democrático del país tales como dictadura blanda, democracia maquillada, democracia escondida, entre otros”.
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Hay dos visiones sobre democracia, la primera de poder transitar libremente y que el Gobierno me facilite mi mejoría económica, pero cuando se le pregunta si confía en el CSE y en los últimos procesos electorales entonces la gente sabe que no hay democracia”. José Antonio Peraza, politólogo.