Ese beso y la gratitud hacia el cielo. Esas gotas de agua y la ovación de los 70 mil aficionados en el Camp Nou. Un héroe inesperado le había regalado tres puntos al Barcelona en una victoria 2-1 ante el Sevilla. Paco Alcácer anotó dos goles 192 días después del último, y su celebración fue la misma: “gracias papá”, el que tenía el mismo nombre y murió a las puertas de Mestalla en Valencia con 44 años. En una noche que debía ser para Messi por sus 600 partidos, fue para el delantero que irrumpió inesperadamente en el once titular.
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El encuentro terminó siendo un poco engañoso. A pesar del marcador ajustado, el Barcelona se vio como lo que es: el líder invicto de la Liga con 31 puntos. Los “Azulgranas” dominaron la primera parte por completo en lo que fue el regreso de Andrés Iniesta con grandes augurios, el sostenimiento de Messi, quien no hizo goles, pero causó dolores de cabezas constantes, el primero al minuto 3 en combinación con Sergio Busquets, después de recibir un pase magistral de Andrés Iniesta. No obstante, el hombre que sigue jugando sin brújula a la mitad del desierto es Luis Suárez, ni dientes ni colmillos, el uruguayo se perdió a sí mismo.
Gol merecido
El Barcelona se merecía el gol y era cuestión de tiempo para que ocurriera. Tras el susto de Samuel Umtiti al errar en la salida y aparecer el colombiano Luis Muriel robando la pelota, posicionarse para tiro y cruzarla demasiado hacia la derecha de Ter Stegen, Luis Suárez miró bien ubicado a Alcácer y envió un balón largo hacia adelante, sin embargo el lateral y capitán del Sevilla, Sergio Escudero salió a su intercepción pero pifió la pelota. Se le cayó el mundo. Lo que debió ser una jugada de rutina terminó siendo una pesadilla para los visitantes, y un regalo para Alcácer que mano a mano con el arquero Soria no falló al minuto 24.
Juego nuevo
Durante el segundo tiempo el Sevilla presionó un poco más al Barcelona con un Ever Banega muy bien conectado. Muriel falló sin claridad y luego Pablo Sarabia en el área pequeña pagó la penitencia por pensar más de la cuenta. Y esa insistencia tras un tiro de esquina, el argentino Guido Pizarro remató de cabeza, ganándole la partida a Piqué en el salto y a Nélson Semedo en la marca, sin embargo seis minutos después el Barsa respondió.
Rakitic por la derecha envió un centro espectacular a los pies de Alcácer. El delantero hizo lo que mejor sabe hacer, meter el pie matador y romper las redes. Era su consagración de la noche y el retorno de la confianza que necesitaba. El resto fue historia, Messi incidente tratando de marcar y Suárez fuera de órbita.