Ya hemos hablado de las diferencias entre verduras con almidón y sin almidón. Las primeras deben cocinarse para comerlas y aportan mucho carbohidrato, las segundas pueden comerse crudas o cocinadas y contienen pocos carbohidratos, son muy ricas en vitaminas, minerales, fibra, agua y fitoquimicos.
Ayudan a la protección de la piel, a la prevención de enfermedades degenerativas como el cáncer y a la conservación de la salud en general.
Se pueden preparar de muchas formas, no solamente cocidas, en ensaladas o sopas. Como ingredientes de torta de huevo, pastas, arroces y papas. Mezcladas con carne, pollo, pescado, cerdo y quesos. Mezcladas entre ellas, por ejemplo brócoli y zanahoria, zanahoria y remolacha, berenjena y zanahoria o pipián y zanahoria.
Aportes a tu cuerpo
Pongo de ejemplo la zanahoria porque es rica en betacarotenos, sustancias precursoras de la vitamina A. Conviene consumir las verduras combinando los distintos colores porque así se obtienen variedad de sustancias nutritivas. La vitamina C favorece la absorción del hierro, el zinc ayuda a absorber la vitamina A.
Las vitaminas E y C junto con las del complejo B ayudan al almacenamiento de la vitamina A. Vale decir que la interacción entre las sustancias nutritivas favorece una mejor nutrición y apoyan el funcionamiento del metabolismo porque muchas de estas sustancias además de tener funciones nutricionales participan como enzimas o coenzimas en el metabolismo del cuerpo.