El peso de experiencia faltó anoche en la Selección de Futbol ante una República Dominicana práctica que capitalizó sus individualidades para golear 3-0. La defensa no respondió, a excepción de Justo Lorente que impidió un marcador mayor, y los jóvenes atacantes que debutaron tienen condiciones futbolísticas que deben seguir puliendo para convertirse en el relevo generacional que busca el seleccionador Henry Duarte.
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La tropa nacional no disparó dentro de la portería en todo el partido, aunque dominó el balón, las jugadas ofensivas para penetrar al área fueron elaboradas, un sello de la Azul y Blanco desde el 2015, sin embargo faltó ese jugador que se encargara de rematar o provocar el pase de gol, una tarea encargada para los noveles Brandon Ayerdis, Dennis Berger y Allan Mercado, quienes en su debut cumplieron con algunos destellos.
El entramado defensivo estuvo muy vulnerable en los mano a mano permitiendo dos de los tres goles al ser superados los centrales. El 1-0 nació de una jugada de tres toques, una acción que Dominicana repitió porque es su forma de jugar aprovechando el poder físico de sus delanteros y su calidad individual.
Un balón largo lo ganó Luis Espinal, aguantó la marcación y lo pasó a Emmy Peña, quien entró al área y remató al arco. Justo Lorente atajó y el rebote le quedó a Edipo Rodríguez (20’). El 2-0 salió en un tiro de esquina. Jorge García saltó y no alcanzó el esférico, Cristhian Gutiérrez, otro debutante, no esperó que fallara y Espinal (48’) entró a empujar la bola.
Gutiérrez perdió en el mano a mano con el atacante y provocó un penalti transformado en gol por Rodríguez (77) para sellar la peor derrota de la Azul y Blanco en Nicaragua desde el 5-0 ante El Salvador en 1992 precisamente en Diriamba durante las eliminatorias mundialistas EE.UU. 1994.
