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Incentivos fiscales forestales engorrosos

Para Nicaragua las plantaciones forestales tienen una fundamental importancia porque permiten sustituir la madera que se ha usado del bosque, pero la poca información sobre los incentivos fiscales y los obstáculos para acceder a los mismos evita que este sector tenga mayor desarrollo

Aunque Nicaragua ofrece incentivos fiscales para el desarrollo de plantaciones forestales, la falta de promoción de estos y los obstáculos para acceder a ellos impiden su adecuado aprovechamiento y con ello el desarrollo de este sector, cuya industrialización contribuiría a la transformación productiva del país y además garantizaría la sostenibilidad de los bosques naturales.

Desde 2003 con la aprobación de la Ley 462, Ley Forestal de Conservación, Fomento y Desarrollo Sostenible del Sector Forestal, se establecieron seis incentivos al sector.

Estos incluyen la exoneración del pago de diversos impuestos municipales, deducciones en el pago del Impuesto sobre la Renta (IR), exoneración del pago del impuesto de internación de maquinaria, equipos y accesorios para el procesamiento de la madera y la priorización de los bienes elaborados por estas empresas en las contrataciones del Estado, detalla el estudio Plantaciones Forestales Comerciales en Nicaragua, presentado ayer por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).

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“Los incentivos fiscales al sector forestal no solo hacen más atractiva la inversión para empresas del sector, sino que tienen el potencial de atraer a empresas de otro giro de negocio”, dice Roman A. Leupolz-Rist, economista ambiental de Funides y autor del estudio.

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Algunos obstáculos persisten

Dicho estudio incluye la opinión de representantes de nueve empresas forestales y de otras cinco empresas que, pese a tener otro giro de negocio, han establecido plantaciones forestales para distintos usos.

Tanto las empresas forestales como las de otros giros de negocio que fueron consultadas reconocen que en los últimos años se ha facilitado el acceso a estos beneficios. Sin embargo, también señalan que persisten algunos obstáculos para acceder a estos.

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“Algunas barreras siguen estando relacionadas con las instituciones recaudadoras, como son la DGI (Dirección General de Ingresos) y las alcaldías”, dice el estudio.

Además, algunas de las empresas consultadas consideran que “no existe una reglamentación suficientemente exacta sobre las maquinarias que son elegibles para la exoneración de impuestos en la importación”.

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Procesos engorrosos

También “algunas empresas consideran que la documentación que se debe presentar para el diseño de la iniciativa forestal es demasiado extensa y muy costosa en su elaboración, por lo que consideran que constituye una barrera para pequeñas empresas con pocos recursos humanos y financieros”.

Para el presidente la Asociación Nacional de Reforestadores (Confor), Salvador Mayorga, las dificultades que enfrentan las empresas para acceder a estos beneficios y la falta de claridad de su aplicación impiden principalmente a las empresas pequeñas hacer uso de estos beneficios fiscales.

Estos y otros obstáculos provocan que aunque sean seis los incentivos que se ofrecen, no todos se utilizan. “Entre todos los incentivos en la actualidad el más utilizado es la exoneración del Impuesto Sobre Bienes Inmuebles, que lo ocupan nueve empresas forestales”, dice el estudio.

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Por su parte, Leupolz-Rist señaló que “en la realidad no hay ninguna empresa que haga uso del incentivo tres, referido a deducir como gasto el 50 por ciento del monto invertido para fines del Impuesto sobre la Renta, donde se reconoce la inversión como gasto”.

Tampoco existen empresas que se beneficien del incentivo cinco (ordena que todas las instituciones del Estado deberán de priorizar en sus contrataciones la adquisición de bienes elaborados con madera que tienen el debido certificado forestal del Inafor (Instituto Nacional Forestal), pudiendo reconocer hasta un 5 por ciento en la diferencia de precio dentro de la licitación o concurso de compras”, explica Leupolz-Rist.

En la reforma a la Ley 462, el Gobierno además le da más poder al Inafor porque podrá decomisar la madera, suspender los permisos y las licencias a las empresas del sector cuando incurran en cualquier tipo de infracción. LA PRENSA/ ARCHIVO

Desarrollo del sector forestal es fundamental

Sumado a los obstáculos para acceder a algunos de estos beneficios, Leupolz-Rist atribuye el poco interés del sector por algunos de ellos a que las empresas consideran que el impacto que estos podrían tener en su giro de negocio no es muy beneficioso.

Dada la situación de los incentivos y la importancia que tiene el sector forestal para contribuir a la diversificación productiva del país, Funides emite una serie de recomendaciones que incluye entre otros aspectos:

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Una mayor promoción de estos beneficios para que más empresas los utilicen. También, actualizar los reglamentos del sistema de acuerdo con sus necesidades y revisar la posibilidad de que la institución coordinadora del sistema de incentivos fortalezca sus delegaciones departamentales para descentralizar aún más sus funciones.

Además se aconseja modificar la tabla de costos de referencia para el establecimiento y mantenimiento de las plantaciones forestales, “de manera que tenga únicamente montos máximos anuales y se eliminen los montos por actividades”.

No descartar el sistema de pago directo

Otra de las recomendaciones es que en el mediano plazo se revise exhaustivamente el sistema de incentivos que actualmente no son usados. “De la misma manera, se debe enfocar en agilizar los trámites del marco habilitante del sistema de incentivos y reducir las barreras, tanto de la aplicación a los incentivos, como las barreras de entrada al sector forestal para las empresas de otro giro de negocio”, explicó Leupolz-Rist.

Y dado que la mayoría de las empresas forestales considera que el sistema de incentivos debería ser reemplazado por un sistema de pago directo, para Funides el establecimiento de un sistema de ese tipo de pago debe ser visto como un proyecto de mediano a largo plazo y en todo caso ser establecido paralelamente al sistema actual, con la diferenciación de los usuarios y con un enfoque hacia los pequeños productores.

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Para Funides, la importancia de hacer cambios que fortalezcan este sistema de incentivos y a la vez al sector forestal radica en que a futuro el sector puede contribuir a la diversificación productiva del país.

Desarrollo del sector es fundamental

“Para Nicaragua las plantaciones forestales tienen una fundamental importancia porque permiten sustituir la madera que se ha usado del bosque y para sumar esa masa crítica que tanto se necesita para que exista una transformación productiva del sector y se comiencen a elaborar productos (de madera) más elaborados”, dijo Leupolz-Rist.

Por su parte, el director ejecutivo de Funides, Juan Sebastián Chamorro recordó que para contribuir a elevar el crecimiento económico, la generación de empleo y la productividad, presentaron recientemente una ruta para la diversificación productiva del país.

“Esta ruta se basa en la identificación de nuevos productos y servicios que permiten aumentar la diversificación productiva e incrementar las exportaciones y en dicha lista se encuentra la categoría madera y productos de madera, en la cual hay 11 productos potenciales para Nicaragua”, dijo Chamorro.

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Dicha lista incluye “tableros de partículas o fibras de madera con resinas, piezas para construcciones (por ejemplo tableros para revestimiento o tablillas para fachadas), madera densificada en bloques o tablas, hojas para chapado, leña, madera en plaquitas o partículas, aserrín y desperdicios aglomerados en briquetas o pellets, marquetería, cofrecillos y estuches, objetos de adorno, artículos de mobiliario y los demás muebles y sus partes”, detalla el estudio.

“Todavía estamos muy verdes en el desarrollo de la industria forestal y necesitamos movernos hacia la industrialización y la no utilización de estos incentivos refleja realmente que todavía tenemos una industria por nacer”, advirtió Chamorro.

Por su parte Mayorga señaló que los incentivos para el sector aún son escasos y solo han permitido el establecimiento de unas treinta mil hectáreas de plantaciones forestales, mientras Costa Rica y Guatemala, con programas de incentivos más amplios, tienen entre 150 mil y 160 mil hectáreas de plantaciones forestales.

Reforestadores quieren más incentivos

Según la Asociación Nacional de Reforestadores (Confor), pese a que en el país se tienen aproximadamente unas treinta mil hectáreas de plantaciones forestales comerciales, cada día están más subutilizadas.

“Las exportaciones van cayendo en los últimos años y las importaciones de productos forestales han venido creciendo, o sea, hay un déficit de la balanza comercial y eso se tiene que revertir porque realmente Nicaragua tiene un gran potencial y tendría que estar ocurriendo lo contrario, deberíamos estar exportando mucho e importando poco”, advierte Salvador Mayorga, presidente de Confor.

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Según Mayorga, esta situación de déficit es provocada por la escasez de los incentivos. “No hay suficientes incentivos ni para el manejo sostenible de los bosques naturales ni para propagar árboles en fincas ni para las plantaciones forestales”, sostuvo Mayorga.

Según el Plan Nacional de Producción, Consumo y Comercio el año pasado la meta era cortar 278 mil metro cúbicos de madera, sin embargo solo se extrajeron 77 mil, es decir el 30 por ciento de lo planeado.

Discusión fundamental

Para Salvador Mayorga, presidente de la Asociación Nacional de Reforestadores (Confor), lo importante es que se discuta la política forestal del país y determinar en qué medida está dispuesto el país a promover ya sean las plantaciones forestales o el manejo sostenible de los bosques naturales, porque cualquiera de los dos son determinantes para que el país pueda utilizar el potencial que tiene su sector forestal, que actualmente está subutilizado. “Actualmente estamos perdiendo cobertura de bosque por un lado y por otro lado esa cobertura no se está sustituyendo por plantaciones forestales y tampoco se está sustituyendo en forma acelerada la propagación de árboles en fincas y los incentivos pueden contribuir a las tres cosas”, asegura Mayorga.

 

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