“Él empezó con un coche, su estilo era único en Managua porque llevaba luz eléctrica”, recuerda la escritora Ligia Martínez Houben, autora de la voluminosa biografía Julio Martínez: El hombre. El padre. El empresario.
Para entonces Martínez era un joven de 20 años. En Nicaragua todavía se vivían las secuelas de la gran depresión económica de los Estados Unidos, y los estragos del terremoto de 1931 que había dejado destruida la capital.
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En ese ambiente gris y depresivo, el joven Martínez emprendió luego un pequeño negocio de taxis, al poco tiempo llegó a contabilizar doce unidades, que luego vendió, también abrió una vulcanizadora y se metió a vender repuestos.
“Fue un hombre audaz, visionario, trabajaba en altas horas y pensaba en grande”, revela Martínez Houben, al reconstruir la personalidad de su padre como empresario de avanzada en su tiempo.
Muerte súbita de Martínez
Este próximo sábado 11 de noviembre, Martínez estará cumpliendo 46 años de su muerte súbita, recuerda su hija. Él nació en Rivas un 26 de mayo de 1908.
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Martínez Houben luego toma el libro, ve el rostro de su padre en la portada y no puede evitar que las lágrimas tibias llenen sus cristalinos ojos.
Su muerte y ausencia todavía la sigue impactando a pesar de que es una especialista y conferencista en el manejo del duelo y pérdidas.
En este sentir el libro viene a ser como un homenaje a la memoria de su padre como empresario, ciudadano y padre.
“Mi padre es reconocido como un pionero de la empresa privada y de la comercialización de automóviles en Nicaragua”, dice luego con orgullo la escritora, al resaltar la hazaña de su tutor.
Esposa continuó al frente
Su exitosa empresa llegó a tener 480 empleados y después de la muerte de Martínez, su esposa Alicia Gallegos de Martínez asumió la presidencia y logró armonizar con el equipo que dejó el empresario.
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Gallegos de Martínez, antes de fallecer su esposo, lo asistía en decisiones importantes, recuerda la escritora.
Reconstruido después del terremoto de 1972
El violento terremoto de diciembre de 1972 destruyó el edificio, entonces situado en el corazón urbano de Managua, donde florecían los principales negocios.
Inspirada en la visión positiva de Martínez, la novel empresaria decidió con su equipo fundar la Plaza Julio Martínez y continuó distribuyendo autos marca Ford, Mazda, Taurus, entre otros tipos.
Lecciones de vida y patria
Además de ser empresario, Martínez fue conferencista y escribió la columna Nicaragua es nuestra, donde recordaba la belleza, grandiosidad y magnitud del país y la patria; sus recuerdos de niñez y sus lecciones de vida como ser humano integral.
Romance y familia
Realizó estudios en el colegio Salesiano de Granada y en Managua en la Escuela de Comercio Gonzalo Zapata.
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Este libro trae fotografías históricas de su empresa, de sus logros y su familia. Martínez se casó a los 34 años con la joven Alicia Gallegos y procrearon a sus tres hijas, Alicia, Elena y Ligia.
Este texto, además de su memoria empresarial, también trae historias familiares y de romances a bordo del famoso vapor Victoria, en el lago de Granada.
Su gran secreto
El gran secreto del empresario Julio Martínez “fue transformar las crisis en oportunidades, es decir en éxitos empresariales y personales”.
Así lo ve su hija, la escritora Ligia Martínez Houben, quien hace diez años publicó el libro motivacional Transforma tu pérdida. Una antología de fortaleza y esperanza, también dedicada a su padre.
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Recuerda que muchas personas también lo recuerdan por su famosa frase surgida de su enorme deseo de superación y trabajo: “El éxito es trabajo duro disfrazado de buena suerte”.
Este libro también trae una conversación recreada de Martínez Houben con su padre, la cual reconstruye su legado y visión empresarial (éxito, vida y metas), el cual fue extraído de las conferencias de Martínez.