La construcción de una planta de Gas Natural Licuado (GNL) de trescientos megavatios que entraría a generar energía en el 2019 según el plan de expansión de generación eléctrica del Ministerio de Energías y Minas (MEM), no se proyecta en las inversiones del próximo año lo que deja muchas dudas de su ejecución, coincidieron varios expertos en temas energéticos.
Javier Mejía, coordinador del área de recursos naturales de Centro Humboldt manifestó que desde hace tiempo se viene incumpliendo con el plan de expansión.
“Entre menos se cumpla el plan de expansión se pone en juego la seguridad energética del país”, dijo Mejía.
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Para otro ingeniero eléctrico quien pidió fuera omitido su nombre este proyecto es parte del maletín de las megaobras que solo quedan en papel, como la hidroeléctrica Tumarín, el Canal Interoceánico o el Supremo Sueño de Bolívar.
“Cuando uno hace un plan de expansión persigue seguridad energética, abaratamiento de la energía o aprovechamiento de un recurso abundante, que ocurre en este caso, el gas natural está más barato y presenta mejores condiciones técnica que la energía eólica y es más estable que el búnker, un treinta por ciento de la energía que se consume en el mundo es a base de gas”, dijo un experto en energía.
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El gas natural es una fuente de energía no renovable formada por una mezcla de gases que se encuentra en la primera capa de los yacimientos de petróleo, sin embargo no se considera un derivado del petróleo. El gas natural tiene menor impacto ambiental que el resto de combustibles fósiles (carbón y petróleo).
En Centroamérica solo Panamá tiene en planes construir una planta de gas natural, el proyecto aunque se ha retrasado ya ha sido adjudicado y tiene el financiamiento.