Tener un coeficiente intelectual (CI) alto no significa que sea una persona que toma las decisiones más adecuadas y mucho menos garantiza que sea feliz. Es más, se ha demostrado que las personas que son más inteligentes se preocupan más por los problemas y se angustian cada vez que escuchan a alguien decir algo tonto. Además, según explica el experto en razonamiento de la Universidad de Waterloo en Canadá a la BBC, Igor Grossman, “la gente muy inteligente suele generar, muy rápidamente, argumentos apoyando sus razonamientos, pero suelen hacerlo de una forma muy parcial”. Es decir, que estas personas tienden a ser incapaces de tomar decisiones con parcialidad, tienen problemas para ver sus defectos y se guían por sus instintos.
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