Antes, el secreto se guardaba en las profundidades de donde viven los arrecifes coralinos y solo unos cuantos sabían de ello. Los estudios y el interés eran limitados, pero mediante el nuevo siglo empezó a envejecer, el secreto salió a flote: un mundo de plásticos, que llegaron, quizás, antes que nosotros viniéramos al mundo y ahora se han convertido en la nueva amenaza de los mares.
Ese mundo que compite con la fauna marina se compone de lo que una vez se usó y luego se desechó sin la menor preocupación por su destino final: bolsas plásticas, pajillas y botellas siguen contaminando el océano al mismo ritmo que los humanos compran plástico.
Entre las primeras víctimas están las tortugas que confunden las bolsas plásticas con medusas y las ingieren. Pero estas no son las únicas que los padecen. Según datos de la Organización de Naciones Unidas sobre Medioambiente, los desechos de plástico matan a un millón de pájaros cada año.
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El océano se ha convertido en un vertedero que se “come” cada desecho que llega a sus costas, ya sea depositado por la población o llevado por los afluentes hídricos. Uno de los hallazgos más recientes se localiza en el Caribe hondureño, entre las islas de Roatán y Cayos Cochinos, según una publicación del diario español El País.
La mancha de plástico que flota en el mar en su mayoría está formada por elementos de un solo uso o desechables. Y aunque en Nicaragua aún no se ha encontrado ningún vertedero acuático, el país no está exento de la contaminación de sus cuerpos de agua, por grandes cantidades de basura marina.
Responsabilidad de alcaldías y pobladores
Al respecto, Rosario Sáenz, directora ejecutiva de Fundación SOS y quien tiene años de trabajar en el tema, ha mencionado que el problema de la gestión de los desechos sólidos pasa por la institucionalidad, es decir, que son las alcaldías las encargadas del desarrollo de esfuerzos contundentes en torno del cuido del medioambiente.
Por otro lado, para la psicóloga Mey Ling Pérez, tirar la basura se relaciona con un tema de formación de hábitos en la población.
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Mediante una jornada de limpieza en las costas y riveras nicaragüenses, que se hizo en el 2009, se contabilizaron 92,106 bolsas plásticas. Ocho años después no se cuenta con estadísticas que le tomen el pulso a un problema nacional, pero de orden mundial.
Según Liza González, directora nacional de la organización ambiental Paso Pacífico, el plástico con sus derivados sigue siendo el principal contaminante de los océanos.
Millones de toneladas de plástico en el mar
ONU Medioambiente ha calculado que más de ocho millones de toneladas de plástico terminan en los océanos anualmente. El 90 por ciento de toda la basura que flota en los mares es plástico.
De acuerdo con el estudio Basuras marinas, plásticos y microplásticos, orígenes, impactos y consecuencias de una amenaza global, de la organización Ecologistas en Acción, debido al aumento de la basura marina y la aceleración del cambio climático, porciones considerables de la misma están llegando a las costas impulsadas por la incidencia de los cambios en el nivel del mar, el régimen de la lluvia y la velocidad del viento.
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Sin embargo, este peso ambiental no ha hecho mella en la industria del plástico que suma más cifras a su favor. Según el informe de Plastics Europe (2016), la producción mundial de materias primas utilizadas para la fabricación de plástico creció casi un cuatro por ciento en 2015 y alcanzó los 322 millones de toneladas anuales.
En Nicaragua, las importaciones de recipientes de plástico, en los meses de enero a agosto del 2017, según datos del Banco Central de Nicaragua, representaron 3.5 millones de dólares, en un volumen de 1,585.5 toneladas. Este se clasifica como un bien de consumo.
Todos, menos Nicaragua, luchan contra el plástico
Ante la mancha de tenedores, vasos, bolsas y hasta platos de plástico que se encontró en el Caribe hondureño, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, aseguró haber tenido pláticas con el mandatario del país Juan Orlando Hernández para emprender acciones en torno a la basura marina, pero aún no están definidas, reportó el diario El País.
Estas conversaciones se originan porque la basura que llega a esa zona del mar es conducida por el río Motagua, fronterizo entre ambos países. Por otro lado, Panamá ha impulsado reformas importantes para cuidar mejor los océanos, estas abarcan la ejecución de un plan nacional para optimizar el manejo de los residuos sólidos.
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Costa Rica desarrolla la Estrategia Nacional para la Sustitución de Plásticos de un solo uso por alternativas renovables y compostables (que se biodegradan). Al respecto, el viceministro de Aguas, Mares, Costas y Humedales de Costa Rica, Fernando Mora, dijo que como país son conscientes de la necesidad de revertir el impacto que causan materiales como el plástico sobre los océanos y por ello, están en la búsqueda de nuevas alianzas público privadas para reducir el uso de ese tipo de material y sustituirlo por otros que se puedan degradar en menos de 180 días.
En el caso de Nicaragua no se han desarrollado campañas en pro de una gestión adecuada de los desechos sólidos. El último intento fue el programa “Vivir limpio, vivir sano, vivir bonito, vivir bien”, que surgió en el 2013, y que ha sido criticado, porque la basura aún continúa en las calles.
Según Bernis Cunningham, integrante del Centro Nicaragüense de Conservación Ambiental (Cenica), en 2012 se introdujo a la Secretaría de la Asamblea Nacional de Nicaragua, una propuesta de ley para regular el uso de las bolsas de plástico, que popularmente se conocen como gabachas, pero esta no progresó.
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El instrumento buscaba aumentar el valor a las bolsas de plástico con el objetivo de que estas fueran más costosas por medio de la aprobación de un impuesto a las mismas, y con ello dinamizar o impulsar el uso de bolsas alternativas o biodegradables, explicó Cunningham. Dicha iniciativa fue importada de otros países que habían implementado acciones similares y los resultados habían sido exitosos, indicó.
Asimismo, ONU Medioambiente lanzó la campaña “Mares limpios”, con la que se busca erradicar la basura marina, y alcanzar dos objetivos: la prohibición mundial del uso de microplásticos en los cosméticos y una reducción drástica de los plásticos de un solo uso.
Bolsas biodegradables se ofrecen como alternativa
En Nicaragua, una alternativa ante el uso de las bolsas plásticas es la implementación de bolsas biodegradables, aseguró Paul Bosche, asesor de la empresa Almidones de Centro América, quien expresó su preocupación por el impacto que tiene la bolsa de plástico cuando llega al mar.
Por ello, sostuvo que “es una idea (la bolsa biodegradable) para que la gente se active y para que Nicaragua vaya pensando en aprobar leyes necesarias y para que se nos reúna a los industriales y se nos diga les voy a dar un año o dos años, si es necesario, para que dentro de dos años, todas las bolsas que Nicaragua produce sean biodegradables y va a ser por ley”, dijo.