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Cirugía y anestesia actual, más segura para pacientes

Una cadena de protocolos, normas y guías, certificados por la Joint Commission International (JCI), conforman todo el sistema que el Hospital Vivian Pellas (HVP) ha establecido para la protección del paciente, desde que este ingresa al Hospital, hasta que es dado de alta

Aunque aún perdura en los pacientes el miedo a someterse a una cirugía, y particularmente la ansiedad de recibir anestesia, las estadísticas se encargan de revelar el avance exponencial de la medicina en esta área tan sensible del cuidado de la salud de las personas. Mientras en los años sesenta la posibilidad de tener un “problema con la anestesia” era de uno en diez mil casos, hoy esa probabilidad ha disminuido notablemente a uno por cada doscientos mil casos o menos. Se considera que es más probable sufrir un accidente de tránsito que enfrentar algún inconveniente durante una cirugía con anestesia.

En Nicaragua, el aprendizaje de la anestesiología moderna se inició entre las décadas del cincuenta y sesenta, y entonces era común que los estudiantes de los últimos años de Medicina dieran anestesia en los hospitales de León, Granada y Managua. La práctica médica en Nicaragua ha progresado enormemente desde entonces.

La cirugía ha aumentado constantemente sus conocimientos en las diferentes patologías y sus procedimientos quirúrgicos cada vez son menos traumáticos. Por su parte la anestesiología está haciendo posible el progreso de la cirugía en la medida en que los médicos anestesiólogos cuentan con medicamentos de última generación y tecnología de punta, que les permite contribuir a la toma de decisiones apropiada sobre el estado de salud del paciente, antes, durante y después de una intervención quirúrgica.

El sistema del HVP

El doctor Róger Pasquier, médico acreditado en el Hospital Vivian Pellas, especialista en Anestesiología y miembro de la Comisión de Riesgos Profesionales de la Confederación Latinoamericana de Sociedades de Anestesiología (Clasa), explica cómo desarrolla su práctica médica en este Hospital y la seguridad que le ofrece saber que detrás de cualquier acto médico anestésico existe todo un conjunto de normas, políticas, manuales, guías y procedimientos certificados que disminuyen cualquier posible riesgo o evento adverso.

“En primer lugar, el Programa de Prevención y Control de Infecciones del Hospital Vivian Pellas establece la primera barrera contra la contaminación en todo el proceso de atención de salud a los pacientes, con una visión que va más allá de los aspectos meramente clínicos, para los cuales los médicos aplicamos medidas específicas, un ejemplo de ello es el control y cumplimiento estricto de la protección antibiótica prequirúrgica”, señala el doctor Pasquier.

El especialista se refiere al abordaje metodológico de todos los procesos de limpieza de los quirófanos, un excelente proceso de esterilización del instrumental quirúrgico controlado, documentado y certificado, un manejo correcto de los materiales y fármacos o drogas anestésicas, una disposición adecuada de los desechos y estrictas normativas de lavado de mano del personal técnico, enfermería y médicos especialistas, entre otras prevenciones generales de la Sala de Operaciones.

Adicionalmente, indica que los médicos del HVP están seguros de que todo medicamento que se va a aplicar a un paciente antes, durante o después de la anestesia, ha pasado por procesos de verificación para determinar no solamente el tipo de los fármacos, sino también la condición en que se encuentran, la calidad del transporte y del almacenamiento y la vigencia de los mismos.

Derribando mitos

Normalmente los pacientes se sienten ansiosos antes de una intervención quirúrgica. Su miedo a la anestesia lo lleva a plantearse diferentes escenarios: que no va a despertar de la anestesia; que le van a poner anestesia de más y tendrá secuelas; que le van a poner anestesia de menos y va a despertarse o sentir los procedimientos sin poder moverse, entre otros temores.

El doctor Pasquier dice que hoy día esos miedos no deben tener ninguna trascendencia y da a conocer con qué elementos cuenta en el Hospital Vivian Pellas para que una anestesia sea segura antes, durante y después del procedimiento.

“Actualmente la anestesia que se le aplica a un paciente está adecuada a sus características, su estado de salud, edad y otros parámetros. La preparación de ese ‘cóctel’ de hipnóticos, relajantes y analgésicos, específico para ese paciente, tiene tres objetivos: que el paciente esté dormido, que no sienta dolor y que esté relajado”, explica el anestesiólogo.

Cuando un paciente se despierta en la operación y no puede hablar ni moverse por los relajantes, es un escenario que ha sido desechado gracias al uso de diferentes equipos que le permite a los médicos monitorear continuamente los signos vitales, los niveles de oxígeno, dióxido de carbono y la concentración adecuada, en tiempo y forma, de las drogas anestésicas suministradas al paciente, agrega.

“En nuestra Evaluación Pre Anestésica del paciente contamos con un expediente clínico completo con toda la historia del paciente y sus evaluaciones médicas adicionales, el que compartimos con el médico cirujano, con el personal de enfermería a cargo y con los Departamentos de Farmacia, Laboratorio y de Imagenología del Hospital. Esta información es muy valiosa para las decisiones que debemos tomar como anestesiólogos, en conjunto con el cirujano, antes de proceder a la cirugía y durante la misma”, dice el doctor Pasquier.

En el Hospital Vivian Pellas se cuenta con los mejores hipnóticos, relajantes musculares y analgésicos, así como de los anestésicos locales y otros para la prevención de náuseas y otros malestares. “Todos ellos tienen como objetivo que el paciente esté bien dormido, que esté bien relajado, que no sienta dolor y que tenga una cirugía segura y un despertar confortable”, afirma.

Ciencia y técnica se imponen

“Actualmente es muy difícil que a un paciente se le administre una dosis inadecuada de gases anestésicos, porque los anestésicos inhalados modernos se suministran con vaporizadores de alta precisión que se tiene el cuidado de ser calibrados periódicamente y aquí entra en acción algo muy importante en el Hospital Vivian Pellas: la seguridad de que todos los equipos que estamos usando están en perfectas condiciones de funcionamiento de acuerdo con el Plan de mantenimiento continuo del equipamiento vital y al necesario reporte que nos debe ofrecer el Departamento de Biomedicina del Hospital”, asegura el doctor Pasquier.

La idoneidad del estado de los equipos es vital, porque además de controlar la ventilación y la circulación, el anestesiólogo observa los resultados de los continuos electrocardiogramas que se le realizan al paciente durante la cirugía, las mediciones de la actividad eléctrica del cerebro, los signos vitales y otros factores que le permiten conocer la profundidad de la anestesia.

“Debido a que el quirófano tiene que estar a muy baja temperatura, cuidamos al paciente de una hipotermia con el equipo adecuado, como mantas térmicas y otras medidas de prevención”, dice el doctor Pasquier, quien da a conocer que en la Sala de Operaciones del HVP se utilizan filtros EPA, únicos en el país, que protegen al paciente y al personal de cualquier posible contaminación ambiental.

“Después de la operación el anestesiólogo diagnostica y corrige los eventuales eventos propios de la anestesia y la cirugía que pueda tener un paciente en el posoperatorio inmediato como el dolor, alteraciones respiratorias y de circulación, hasta que se decide su traslado hacia su habitación”.

Escogiendo el mejor hospital para su cirugía

Someterse a una cirugía es una decisión de gran importancia en la vida de una persona y la elección del médico y del hospital es crucial para lograr resultados satisfactorios. ¿Qué debe un paciente tomar en cuenta al momento de esta decisiva escogencia?

Hospitales certificados

El doctor Milton Mairena, jefe de Cirugía del Hospital Vivian Pellas (HVP), considera que la certificación de la Joint Commission International (JCI) ha tenido un impacto transformador en la práctica médica y cultura de calidad del personal de este centro hospitalario, así como para la seguridad de los pacientes.

El doctor Mairena señala que una parte importante de los procesos de calidad que exige la certificación de la JCI es la selección cuidadosa del personal clínico mediante la verificación rigurosa de las credenciales y de la experiencia de médicos y enfermeras, tanto con las universidades donde estudiaron, como con los hospitales donde se han desempeñado con anterioridad. Con esta valoración comprobada, se les otorgan los permisos correspondientes para que desarrollen su actividad estrictamente de acuerdo con sus especialidades o subespecialidades.

Las etapas para la cirugía

Para garantizar la seguridad del paciente que va a ser sometido a procedimientos diagnósticos y/o terapéuticos invasivos, el HVP ha establecido un sistema eficiente, confiable y rápido para detectar a tiempo cualquier irregularidad y poder corregir oportunamente cualquier error o evento negativo para la salud de los pacientes.

La primera etapa a cumplirse en una cirugía es la verificación preoperatoria, conocida como “marcación del sitio quirúrgico” realizada por el médico cirujano tratante con la participación del paciente y que consiste en marcar con un “SÍ” el lugar exacto que se va a operar. Este procedimiento se exige cuando hay varias estructuras y se requiere precisar cuál lado (derecho o izquierdo) es el que se va a operar, por ejemplo, las manos, piernas, dedos, brazos, riñones, ojos, etc. También en el caso de la columna, se marca la vértebra exacta.

Adicionalmente se deben presentar todos los documentos pertinentes, imágenes y estudios disponibles, debidamente etiquetados y la comprobación de cualquier equipo especial o implante necesario para el procedimiento.

La pausa quirúrgica

El doctor Mairena explica que este proceso, que debe hacerse justo antes de la incisión, será conducido por la “Enfermera Circular” asignada que confirma la presencia e identidad de todo el equipo involucrado en la operación.

“En este momento se verifica nuevamente la identidad del paciente, el tipo de cirugía que se va a realizar y el sitio exacto a operarse. Se chequea si se tiene todo el material necesario, el estado de los equipos, la esterilización del instrumental, se muestran las imágenes radiológicas, se comprueba si el paciente ya recibió el antibiótico protector y si ya se realizó la asepsia de la piel con alcohol y clorhexidina”, indica el médico.

El Hospital Vivian Pellas le asigna una gran importancia al uso prequirúrgico de antibióticos, como parte de su programa integral de prevención de infecciones, lo que lo ubica entre los hospitales del área centroamericana con la tasa más baja de contaminación asociada al servicio de salud. “No se trata de usar el antibiótico que el médico elija, el Hospital tiene definido, normado, cuáles son los antibióticos profilácticos que se deben usar antes de realizar una cirugía, los que son seleccionados entre los más seguros para los pacientes”, explica el doctor Mairena.

“Si después de verificar la lista de todos los elementos necesarios para la realización de una cirugía segura se comprueba que se han cumplido sin que falte ni uno, entonces la enfermera circular autoriza el inicio de la cirugía”, agrega.

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