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Sergio Ramírez,  con su primera novela Tiempo de fulgor (1970), ha señalado un rumbo distinto al relato tradicional en esta región centroamericana. LAPRENSA/EFE/Mariscal

Sergio Ramírez,  con su primera novela Tiempo de fulgor (1970), ha señalado un rumbo distinto al relato tradicional en esta región centroamericana. LAPRENSA/EFE/Mariscal

Tiempo de fulgor, primera novela de Sergio Ramírez incorpora el realismo mágico

Esta novela aborda los orígenes de las primeras familias que poblaron la ciudad de León, las que presumían ser descendientes del Cid Campeador

La novela Tiempo de fulgor (1970), de Sergio Ramírez, significó la incorporación definitiva de la narrativa nicaragüense a las formas de la novela contemporánea.

Esta integración en la novelística, al ensayar novísimas técnicas, vino a confirmar que el autor es un narrador que, a lo largo de su carrera, ha señalado un rumbo distinto al relato tradicional en esta región centroamericana.

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Estructura con variadas perspectivas

Al analizar la estructura del narrador en esta novela encontramos las más variadas perspectivas.

Planos espaciales que tienen como núcleo un microcosmo que responde a la ciudad de León, elemento histórico alrededor del cual gira todo el mundo narrativo de la novela.

Tiempo de fulgor en sus varias ediciones. LA PRENSA/Wilmer López
Tiempo de fulgor en sus varias ediciones. LA PRENSA/Wilmer López

Personajes

Los extensos monólogos descubren las emociones y sentimientos de los personajes como Glauco María Mendiola, Aurora Contreras y el joven Andrés Rosales, quien llega a estudiar a la ciudad universitaria.

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Esta novela aborda los orígenes de las primeras familias que poblaron la ciudad de León, las que presumían ser descendientes del Cid Campeador. Entre ellas está la familia de Aurora Contreras.

Obra de un sortilegio de verano

El narratorio se introduce en el mundo psíquico de sus personajes para explorar los planos más profundos de la conciencia: Imaginas que todo fue obra de un sortilegio de verano, que alguna mano vino a remover la tierra de tu jardín para perderte enterrando cantáridas y unicornios que provocaron en tu pecho una turbulencia de amor, a pesar del otoño que estaba madurando los frutos de tu existencia.

La ironía se transparenta en la decadencia de las familias de rancio abolengo que contraían nupcias entre ellas mismas.

Entre mito y la realidad

En el discurso narrativo se entrecruzan la historia, el mito y la realidad. El relato participa de los rasgos del realismo mágico.

Ramírez se convierte así en el primer narrador nicaragüense que emplea estas características para dotar a sus personajes como Casandra, quien vaticina desgracias como la muerte de Andrés Rosales, el estudiante que vino en un verano a incendiar de amor a la ya otoñal Aurora.

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Ella nos recuerda a Úrsula de Cien años de soledad. Asimismo, en el verano, suceden todas las desgracias.

Tiempo de fulgor, escrita con una prosa dinámica y plena de elementos mágicos constituye un aporte valioso no solo por la calidad de su narrativa, sino por la complejidad de su mundo ficticio.

*Nydia Palacios Vivas, miembro de número de la Academia Nicaragüense de la Lengua.

Cultura novela Sergio Ramírez Tiempos de fulgor archivo

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COMENTARIOS

  1. Ralph Smith
    Hace 6 años

    Según Tiempos de Fulgor, las familias de abolengo leonesas desde su fundación hasta 1979 se casaban entre ellas misma lo cual es cierto. Lo divertido es que en la década de los 70’s el hombre más rico de León era un “plebeyo” cuya fortuna la originó vendiendo en el Mercado Central. Las “familias de abolengos” de León y Granada eran muy recalcitrantes y no los podias quedar viendo ni viendolos. Por eso odiaban a los Somozas que eran “medio pelos” antes de casarse El Viejo con Salvadora Debayle.

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