Tal parece que las fieras han perdido sus colmillos. Ni Griezmann ni Cristiano Ronaldo marcaron en el primer derbi del nuevo Wanda Metropolitano. Todo aparentó ser un farol cuando es la realidad, una extensión de la crisis que viven. El Real Madrid y el Atlético de Madrid empataron 0-0 y dieron el salto al abismo. En lo que sería un duelo de vivir o morir, optaron por la opción del suicidio al colocarse a diez puntos del líder Barcelona, que cómodamente derrotó (3-0) a un débil Leganés en Butarque.
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Si antes el alma de los Blancos estaba enlazada con Ronaldo, ahora el palpitar del conjunto de Zidane le pertenece a Isco. Con sus regates, pases precisos, visión ofensiva y presión constante, todo en el Madrid se puede derrumbar y sacar un rojo en el boletín, con excepción del malagueño, capaz de sacar petróleo de las rocas y crear un oasis en medio del desierto.
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El encuentro inició en estado frenético por errores como el de Varane, cuando le dio el balón a Ángel Correa, quedando cara a cara ante Kiko Casillas. Ese debió ser el primer gol del partido, los pecados en el futbol se pagan con goles, pero sin buscarlo el francés encontró la penitencia, al errar Correa. Un pequeño fallo si no hubiese sido ante el más grande rival. Sin embargo, Toni Kroos le regaló el favor a Correa al 31’.
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Luego de una gran combinación con Cristiano, el alemán quedó en posición de tiro. La brújula se le descontroló y envió el esférico a la orilla del poste derecho. Cuatro minutos después, un cabezazo de Sergio Ramos pasó cerca del arquero. No encontró el gol pero sí una patada de Lucas Hernández que le fracturó el tabique nasal. El capitán sangraba como su equipo sin poder conseguir el anhelado gol que los sacaría del hoyo.
En el segundo tiempo el Madrid quiso por un momento ser aquel equipo que impresiona, pero nada más fue eso: momentos. Marcelo perdiendo su marca todo el tiempo, el medio campo desactivado y solamente Isco buscando el tesoro. Tras un letargo, Simeone decidió arriesgar con el ingreso de Gameiro y Fernando Torres, Zidane respondió con Asensio. Ya en los minutos finales, el desafío se volvió a activar. Cristiano apareció como un ángel pero sin aureola, luego Gameiro casi marca el primero, y cuando parecía que ya nada iba a mover el marcador el luso recibió un pase de Marcelo en el área con opción de liquidar el duelo. ¡Qué pasa Cristiano! ¡Por qué pensar tanto! Lucas con una barrida desvió la pelota. Un 0-0 que deja casi en el cementerio a ambos equipos de la Liga.
Entretanto, el Barcelona con dos goles del uruguayo Luis Suárez y uno del brasileño Paulinho no saben lo que es sufrir en Liga.