Mientras los maestros explican la clase, Elba Yariela Bermúdez Palacios toma notas y se prepara para enfrentar una etapa más en su vida.
Ella es estudiante de quinto año de secundaria del instituto público La Salle en Diriamba y a pesar de tener una discapacidad psicomotora, tras sufrir de nacimiento un trauma craneal, nunca ha dejado clases y el domingo 3 de diciembre espera lucir su traje nuevo, porque será su promoción.
Su sonrisa es contagiante y eso ha hecho que muchos de sus compañeros, como el cuerpo docente, la quieran mucho.
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“Los médicos al inicio dijeron que iba a ser una parapléjica y que iba a vivir postrada en una cama, pero gracias a Dios y con las terapias que fueron a tiempo ella ha logrado un gran avance. Es un milagro”, relató entre lágrimas su madre Yareyda Palacios, quien confesó sentirse orgullosa de su hija.
Después que esta joven de 19 años sale de clases dedica entre tres y cuatro horas a sus estudios. Lleva una vida casi independiente, colabora en los quehaceres de la casa, asiste sola al colegio, lava su ropa y aunque desea cocinar, su madre a veces no la deja, porque tiene miedo a que se queme.
Su promedio académico anda arriba del 70 por ciento. El hecho de haber llegado al final de sus estudios secundarios, para ella, es un gran logro. “Me esforcé mucho, lo más que pude, me siento bendecida, porque mi familia y los profesores me apoyan”, dijo la muchacha, quien vive en el barrio Villa los Ángeles de Diriamba.
Su meta es estudiar Derecho. “Que me apoyen con una beca sería una bendición, ya que somos de escasos recursos económicos y de esa manera creo que le ayudaría a mis padres”, comentó Bermúdez.
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Irela Soto, es la profesora guía de Elba y le imparte la clase de Convivencia y Civismo. “Ella es una estudiante que se esfuerza, hasta pareciera que no tuviese ninguna discapacidad y el ambiente que aquí hay, le ha ayudado a que sea participativa, entregue tareas y copie, pero también el apoyo de sus padres ha contribuido para que siga adelante”, señaló la docente.