María del Carmen Rubio, esposa de Elvis Garay Lorío, migrante que asegura que recibió abusos y violación en una estación migratoria de México, afirma que ni ella ni su familia tienen relación con el narcotráfico, como él lo afirmó en su testimonio el fin de semana pasado.
“Mi mama y yo solo fuimos su trampolín para salir de su país donde llevaba una vida miserable”, asegura Rubio.
Ella confirma que se conocieron en Nicaragua en 2008, tuvieron una relación de noviazgo y que a los pocos meses se casaron. Asimismo, afirma que ella y su mamá le ayudaron a tramitar los documentos para que pudiera emigrar a México.
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Durante los primeros años que iniciaron sus vidas en ese país, él recibió apoyo de su familia y niega que su papá le haya ofrecido integrarse a la supuesta red de narcotráfico que Garay afirma que ellos tenían. También dice que aún están casados, pero que ya no existe comunicación entre ellos ni entre el menor que ambos procrearon.
Rubio acepta que ella lo denunció ante las autoridades migratorias de México, pero fue porque recibía acoso y violencia por parte de Garay. Ella también niega haberlo amenazado tal como él aseguró.