Francia acaricia su décimo título de la Copa Davis, el primero desde el 2001, después de que Richard Gasquet y Pierre Hugues Herbert se impusieran este sábado a Ruben Bemelmans y Joris de Loore (6-1, 3-6, 7-6(2) y 6-4) y pusieran por delante al conjunto galo frente a Bélgica (2-1) en la final que se disputa en el Estadio Pierre Mauroy de Lille (Francia).
Tras el empate 1-1 de la jornada del viernes, y con el punto ganado este sábado, Francia se sitúa a una sola victoria de volver a lograr el éxito en la competición y situarse como el tercer país con más triunfos después de Estados Unidos (32) y Australia (28).
La estrategia le salió a la perfección al capitán Yannick Noah, que situó en pista a una pareja que nunca antes había jugado pero que en esta ocasión se compenetró como si lo hubiera hecho en repetidas ocasiones. Dejó al margen de la final a Nicolas Mahut, habitual compañero de Pierre-Hugues Hebert, acreditados por dos títulos de Grand Slam (Abierto de Estados Unidos 2015 y Wimbledon 2016).
Detalles del partido
Enfrente, el dueto estable de Bélgica, con Bemelmans y De Loore, que han jugado juntos en una docena de torneos y un total de 23 partidos. La pareja belga totaliza 13 victorias, dos de ellas en la Copa Davis. Su única derrota en el torneo fue contra los italianos Simone Bolelli y Andreas Seppi en cuartos de final de 2017.
No pudieron los visitantes hacer frente en esta ocasión al equipo francés, que tuvo un arranque arrollador. El equipo francés se apuntó la primera manga con autoridad (6-1) y con pocos desaciertos.
Bélgica se rehizo. Bemelmans y De Loore recuperaron el pulso en el partido y aprovecharon el leve bajón del equipo anfitrión para equilibrar la situación y apuntarse el segundo set.
Resultó clave la tercera manga, equilibrada hasta el tie break. Cayó del lado francés y eso tuvo una notable repercusión para el tramo final del partido. Bélgica, no obstante, mantuvo el tipo en el cuarto. Incluso llegó a dominar el set, aunque no pudo prolongar su dominio. Gasquet y Hughes Herbert, impulsados por el apoyo de los casi 26.000 espectadores reunidos en Lille, retomaron el dominio y cerraron el parcial (6-4) y el partido después de tres horas y tres minutos sobre la pista.
Francia acaricia el título que deberá hacer suyo en la sesión del domingo. Bélgica carece de margen de error. El cuadro galo sólo necesita un triunfo.