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Jesús, vida
Óscar Chavarría

El reino de Jesús no es de este mundo

Cristo no ha venido a este mundo a quitarle el poder político a nadie para sentarse en el trono de los poderosos.

El reinado de Cristo es el reinado de Dios. Dios hizo al hombre y su mundo para que fueran felices; pero los hombres hemos corrompido nuestra dignidad y la sociedad en la que vivimos.

Por eso, nos dio el gran don de su Hijo: para que nos demos cuenta de que la única manera de ser felices todos se hace realidad si nosotros los hombres nos convertimos en gente nueva, hombres nuevos, capaces de vivir y construir un mundo nuevo, con los valores que nos llevan a hacer realidad el reinado de Dios que su Hijo vivió y llevó a cabo.

Ese reinado de Dios solo será una realidad si vivimos la única y gran ley que proclama Jesús: “El amor”. El reino de Dios se construye con el arma del amor. Allí donde surge el amor y la misericordia, el reinado de Cristo que es el reinado de Dios empieza a hacerse realidad.
Definitivamente la opción del hombre, de la Iglesia, de toda comunidad cristiana, es la opción por el amor.

Cuando el amor no reina: reinan los egoísmos atroces; reinan los odios y el ojo por ojo; reinan las guerras y las violencias; reinan la miseria y el hambre; reinan la injusticia y la inseguridad.

Es necesario, pues, un cambio en el corazón de todos. Solo el amor al hombre, a todo hombre, puede salvar a este mundo nuestro. No podemos seguir con el corazón cerrado por las puertas de nuestro yo.

Necesitamos abrir el corazón a lo que es suyo: “Al amor”. Ser hombre es estar abierto como Cristo lo estuvo. Abierto en plenitud a Dios y a mis hermanos. Y amar es eso: no solo “amar un poquito más”, sino “ser amor”, no ser más que amor”.

Solo el amor es capaz de dar de comer al hambriento y de luchar para que más nunca un solo hombre pueda morir de hambre (Mt. 25, 35). Solo el amor es capaz de hacer hasta lo imposible para que el agua sea un don que a nadie le falte y jamás nadie pueda morir de sed (Mt. 25, 35). Solo el amor es capaz de hacer que cada día haya menos emigrantes porque cada ciudadano se encuentra feliz allá donde nació y con la familia que le ama (Mt. 25, 35).

Solo el amor es capaz de que más nunca haya gente desnuda porque no tiene cómo comprarse una ropa para vestirse (Mt. 25, 36). Solo el amor es capaz de estar allí donde está el enfermo y el encarcelado para dar esperanza a quienes ya la tienen perdida (Mt. 25, 36).

Solo el que se hace amor por el hombre y, de una manera especial, por el más necesitado, ama también a Dios porque está haciendo realidad su reino (Mt. 25, 40). Quien ama al hombre y lucha a favor de él, es un bendito y construye el reino de Dios (Mt. 25, 34). Por eso, cada minuto, cada hora, cada día deberíamos estar preguntándonos sobre qué hemos hecho del amor, porque, “el amor es el arquitecto del universo”.

El reinado de Cristo, que es el reinado de Dios, si queremos llevarlo a cabo, solo es posible haciendo realidad el amor, la misericordia, como nos dice el papa Francisco: “La salvación no comienza con la confesión de la realeza de Cristo, sino con la imitación de sus obras de misericordia, a través de las cuales Él realizó el reino. Que Cristo sea nuestro Rey y que el amor sea nuestra vida”.

El autor es sacerdote.

Opinión Jesús archivo
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