Las fuentes de agua de los Comités de Agua y Saneamiento (CAPS) han disminuido, su mantenimiento es precario, las fugas constantes y si a eso se le suma la falta de pago y de inversión, estos sistemas rurales están pasando por una de las peores crisis desde su creación, lo que puede ocasionar un desabastecimiento de agua mayor del que hay actualmente, manifestó Ruth Herrera, presidenta de la Plataforma Nacional en Defensa del Agua y la Vida.
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“Hay que hacer un llamado urgente para discutir este problema con los miembros de los CAPS, porque ya saben que el Gobierno los tiene abandonado, que las alcaldías y el INAA no los están acompañando en el proceso, además la cooperación ya se fue, entonces en este momento la inversión es clave, porque si tienen fuente de agua deteriorada y no le están dando mantenimiento, estos sistemas van a perder mucha de la poca agua que les queda”, dijo Herrera.
Señaló que dada la falta de gobernabilidad que padece el servicio del agua, los CAPS deben de reunirse y tomar conciencia, porque la carga está reposando sobre una o dos personas de las comunidad.
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“Luego hay que comenzar a ver cuáles son productores donde están las fuentes de agua, para que se hable con ellos y así ellos permitan reforestar las fuentes de agua, porque entiendo que muchos están prohibiendo la entrada y ahí la alcaldía no están haciendo su papel de mediar, porque si esas fuentes de agua no se reforestan estarían acabándose más rápido, además en algunos casos los dueños de esas tierras usan pesticidas y agroquímicos que están poniendo en riesgo la vida o la salud de las personas que toman de esa agua”, sostuvo.
Sequía afectó los CAPS
En los últimos años muchos CAPS han cerrado, esto se debe a que en los últimos años la sequía afectó las principales fuentes de agua que los abastecía, y además, porque no son sostenibles financieramente, declaró Arístides Álvarez, tesorero de la red nacional de CAPS.
Álvarez manifestó que una de las razones por la cual se han vuelto insostenible financieramente los CAPS es porque la gente ya no participa de las reuniones.
Agregó que otra de las causas de los problemas financieros se da porque la población no paga la mensualidad, que en el caso de los CAPS por gravedad se paga diez córdobas y en los Mini Acueductos por Bombeo Eléctrico (MABE) se paga de cincuenta a ochenta córdobas, porque este sistema está conectado a la red eléctrica y deben pagar el servicio de luz.
“La ley dice que tenemos una tarifa diferenciada y eso es cierto, el problema es que solo los CAPS legalizados tienen acceso a esa tarifa, pero es una gestión larga y tendida y muy pocos logran hacerla”, añadió Álvarez.
Los primeros CAPS
Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), en la zona rural hay una cobertura de 69 por ciento de agua, sin embargo, de ese total se desconoce cuántas familias realmente tienen acceso al recurso.
Los primeros CAPS se crearon en Nicaragua en los años 80, con el apoyo del Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (INAA), organismos de internacionales y líderes comunitarios.
En el campo hay sed
Ruth Herrera, presidenta de la Plataforma Nacional en Defensa del Agua y la Vida, manifestó que los problemas de desabastecimiento en el campo son más grave que en la zona urbana.
“Aquí abres la llave sino hay agua lo criticas o te quedas callado, pero en el campo los retos que tiene está población son grandes y en el caso del agua los problemas son más severos, eso está haciendo que la gente migre a la ciudad. En otras palabras la gente en el campo está sedienta y esto va empeorar”, dijo.