La desigualdad y la falta de oportunidades que provocan las estructuras económicas de los países de la región han provocado que nueve de cada diez latinoamericanos apoyen la libre movilidad de los trabajadores entre las naciones y que la consideren parte de la integración regional.
Al consultarle a los latinoamericanos qué entienden por integración, ubican en primer lugar el libre comercio, en segundo el diálogo político y en tercero la libre movilidad de las personas y trabajadores entre los países, detalla el estudio La tecno-integración de América Latina, instituciones, comercio exponencial y equidad en la era de los algoritmos, realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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Dicha investigación recoge la opinión de 20,200 representantes de 18 países de la región, incluida Nicaragua.
El mayor apoyo a la libre movilidad de los trabajadores está en los países con más restricciones al movimiento de personas y capitales. Es decir, los ciudadanos de Estados con mayor presencia de la industria manufacturera son los que están más abiertos a trabajar en otras naciones y a recibir trabajadores extranjeros.
Cuando hay más control se demanda más libertad
Esto podría sugerir, según el BID, que cuando los controles son mayores se demanda más libertad de movimiento.
En un sentido opuesto, el estudio encontró una correlación negativa con el ranking de competitividad, que podría sugerir que países con mejor infraestructura estarían menos dispuestos a recibir a trabajadores extranjeros.
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Además, al contrastar los datos de este apoyo de cada país con el índice de control de capitales y personas, el estudio confirmó que el apoyo a la libre movilización no depende principalmente del deseo de vivir en una sociedad heterogénea conformada por personas de distintas culturas y etnias; tampoco de la capacidad de los países de recibir trabajadores extranjeros e integrarlos socialmente. Sino que está más relacionado con la necesidad de las personas de ampliar sus horizontes laborales.
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Entre los consultados ,Venezuela con el 96 por ciento es el país que más apoya la libre movilidad, le siguen Nicaragua y Honduras con el 95 por ciento de apoyo en cada país. En el extremo contrario, Panamá con el 72 por ciento es el país donde menos se acepta la libre movilización.
Según el estudio, este apoyo es “levemente mayor entre las mujeres” y se concentra especialmente en los sectores con condiciones económicas medias.