El príncipe Enrique de Inglaterra y su prometida, la actriz estadounidense Meghan Markle, se casarán en la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, al oeste de Londres, en mayo próximo, confirmó un portavoz del palacio de Kensington.
El templo —de estilo gótico, que data del siglo XV y tiene capacidad para albergar a ochocientas personas— se ubica en el ala más baja del castillo de Windsor, donde pasan largas temporadas la reina Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo.
El portavoz oficial señaló que los novios llevarán a cabo su primer acto oficial juntos en la ciudad inglesa de Nottingham el próximo viernes.
“Como para todos los miembros de la familia real, Windsor es un lugar muy especial para el príncipe Enrique. Él y Meghan Markle han pasado allí temporadas de manera regular durante el último año y medio”, según un comunicado divulgado por el palacio.
Un lugar histórico
La nota asegura que la pareja está “encantada de que el bonito entorno del castillo de Windsor será donde comiencen su vida juntos como casados”.
El anuncio oficial también desvela que la familia real británica se hará cargo de los gastos del enlace, entre ellos los relativos al servicio religioso, la música, la decoración floral y la recepción.
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La capilla de San Jorge fue donde contrajeron matrimonio el hermano mayor de Enrique, el príncipe Guillermo, y la duquesa de Cambridge, en abril de 2011.
En ese templo fue, además, bautizado el príncipe Enrique en diciembre de 1984, cuando tenía tres meses, y posteriormente, en 2005, su padre, Carlos de Inglaterra, y Camilla recibieron la bendición religiosa tras su boda civil en el ayuntamiento de Windsor.
También allí se casó en 1999 el príncipe Eduardo, tío menor de Enrique, con Sophie Rhys-Jones.
El bautismo de Markle
Meghan Markle será bautizada y confirmada en la fe anglicana antes del enlace, explicó a la prensa el portavoz de Enrique, Jason Knauf.
La reina de Inglaterra es la gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra, que rompió con el Vaticano a instancias de Enrique VIII en el siglo XVI.
Tras la boda, la actriz llevará el título de su alteza real y se espera que la reina Isabel II le conceda a su nieto algún título nobiliario, que compartirá con su futura esposa.