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Infraestructura hospitalaria eficaz para la seguridad de los pacientes

El Hospital Vivian Pellas dispone del espacio, los medios técnicos y los recursos humanos necesarios con el fin de realizar su  misión bajo condiciones de seguridad para sus pacientes, visitantes y colaboradores, según los estándares de la Joint Commission International

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los hospitales son edificaciones esenciales, cuyos servicios necesarios deben permanecer accesibles y funcionando en su misma infraestructura después de ocurrir un desastre natural.

Aunque el objetivo de mantener un hospital funcionando óptimamente luego de un desastre puede parecer muy ambicioso, es posible construir hospitales que soporten desastres ocasionados por amenaza sísmica, inundación y vientos fuertes, señala la OPS.

La infraestructura del HMVP

La visión del Hospital Vivian Pellas (HVP) desde sus inicios fue ser la organización que elevara el estándar de salud privada en Nicaragua al más alto nivel internacional en profesionalismo médico, trato humano y seguridad del paciente. Esto se ha logrado desarrollando una cultura enfocada en la disminución de riesgos, tanto para los pacientes como para el personal, lo que le ha permitido estar certificado por la Joint Commission International (JCI) entre los hospitales más seguros del mundo.

Con ese enfoque, la gestión y seguridad de las instalaciones fue una prioridad desde que se inició la construcción de su edificio en 2002. El diseño de la infraestructura del Hospital fue realizado de acuerdo con estándares internacionales de construcción y bajo rigurosas normas de calidad y seguridad de las instalaciones, incluyendo las de la NFPA (National Fire Protection Association), autoridad regulatoria de EE.UU. para la prevención, capacitación, instalación y uso de medios de protección contra incendio, así como el Reglamento Nacional de Construcción.

Ser un hospital seguro, capaz de reducir riesgos y garantizar la calidad de respuestas en caso de desastres, es una de las características que le llevaron en 2010 a obtener la certificación de la JCI hasta la fecha.

Servicios básicos

El HVP cuenta con un pozo propio con sistema de bombeo estable, el que ha sido reforzado con otro pozo para garantizar el servicio de agua las 24 horas del día durante todo el año. El agua suministrada es totalmente potable y se monitorea frecuentemente su calidad.

El sistema eléctrico del HVP tiene un alto nivel de calidad, cuyo funcionamiento evita problemas, como las fluctuaciones de tensión, las variaciones de frecuencia, la suspensión del servicio o fallas debidas a fenómenos naturales en las líneas de distribución como la acción del viento, temblores, etc.

“Tenemos un sistema eléctrico redundante que asegura energía todos los días del año en todas las áreas y equipos de uso sensible para los pacientes del Hospital, como ventiladores, equipos de anestesia en quirófanos, incubadoras, entre otros, tal y como lo exige la JCI”, dice el ingeniero biomédico Salvador García, gerente de Mantenimiento del HVP.

Un hospital que respira tranquilo

El ingeniero García indica que toda la red crítica del Hospital Vivian Pellas, que incluye quirófanos, unidad de cuidados intensivos, emergencia y sala de neonatos, entro otras áreas clínicas, así como las habitaciones de pacientes y espacios públicos, cuenta con un sistema de aire acondicionado que ayuda a mantener el ambiente libre de gérmenes que puedan provocar enfermedades.

El ingeniero García señala que se trabaja en conjunto con el Departamento de Epidemiología, con el objetivo de mejorar la tecnología de los aires acondicionados, por lo que se ha invertido en la instalación de lámparas germicidas ultravioleta en los serpentines de estos equipos, a fin de eliminar del ambiente las esporas de moho, bacterias o virus.

García explica que además de estas medidas, en todo el Hospital hay diez cambios de aire por hora, pero en la unidad de cuidados intensivos se eleva a 14 y en el quirófano la renovación de aire llega a veinte por hora. Estos cambios significan que el aire sale completamente de la habitación y se renueva cuantas veces se necesite según el área del Hospital. Esta normativa también se ve reforzada con filtros de grado médico, para asegurar un nivel óptimo del ambiente.

Uso seguro de las sustancias peligrosas

E n el Hospital se realiza un manejo adecuado de materiales peligrosos que pueden poner en riesgo la seguridad del personal y los pacientes, como los combustibles, los que son almacenados cuidadosamente y con la licencia correspondiente para tal fin.

De igual manera, hay normativas estrictas para el almacenamiento y uso de los productos de limpieza y de lavandería, entre otros químicos, los que requieren medidas de seguridad bajo la responsabilidad de un personal debidamente capacitado para su resguardo y manipulación.

Control de infecciones

El Hospital también cuenta con habitaciones de presión de aire negativo o positivo, según la condición del paciente. García indica que las habitaciones de aislamiento utilizan presión negativa para evitar que pacientes con enfermedades transmisibles puedan contaminar a otras personas. Un equipo inyecta aire a la habitación y la filtra antes de expulsarla.

En el caso del aislamiento con presión positiva, este se usa para proteger a personas con el sistema inmunitario debilitado, por lo que el equipo bombea aire limpio y filtrado de manera continua en la habitación para evitar que cualquier elemento contagioso entre en ella y pueda perjudicar al paciente.

Brigadas de emergencia

El HVP cuenta con diferentes brigadas debidamente entrenadas en planes de emergencia: la brigada contra incendios; la de evacuación; búsqueda y rescate; derrame de productos químicos o combustibles; de emergencia, integrada por personal clínico, y la de mantenimiento. Esta última actúa verificando que todos los servicios básicos estén funcionando adecuadamente después de una emergencia, por ejemplo, después de un temblor.

Sistemas contra incendio

El Hospital tiene un sistema contra incendio que abarca a todo el Hospital con detectores de humo que permiten adelantarse a cualquier conato de incendio, así como un sistema de rociadores alimentado por una bomba que garantiza la presión adecuada a la tubería de agua conectada a los aspersores.

El Cuerpo de Bomberos de Nicaragua inspecciona anualmente las rutas de evacuación y los extintores del Hospital para certificar su adecuado funcionamiento. Evaluadores extranjeros también califican las medidas de la institución bajo protocolos internacionales.

“Las instalaciones del Hospital cuentan con paredes cortafuego, bien señalizadas, para que el personal de evacuación esté seguro de la ruta más apropiada para poner a salvo a los pacientes y personal que tengan a cargo. Esta brigada sabe exactamente donde está el extintor más cercano y todo el protocolo de actuación en estos casos”, añade el ingeniero García.

A estas medidas se añaden los códigos de emergencia interna que ayudan al personal clínico y administrativo a identificar emergencias mediante toda una gama de colores que ayudan a transmitir la información de manera oportuna, para atender la emergencia en tiempo y forma. Constantemente estamos siendo evaluados en todos estos temas. Un hospital certificado es como un atleta de alto rendimiento, dispuesto a competir en cualquier momento con los mejores de su clase”, clase”, comenta el ingeniero García.

El papel de biomedicina

El correcto funcionamiento de todos los equipos es fundamental para la seguridad del paciente, dice la ing eniera biomédica Natalia Sarmiento, jefa de Imagenología del Hospital Vivian Pellas.

Para lograr este objetivo, el Hospital cuenta con un programa de mantenimiento preventivo de los equipos, dependiendo si son de alto, mediano o bajo riesgo para los pacientes. “Un equipo de bajo riesgo para las personas es, por ejemplo, una balanza que no da el peso correcto y se calibran anualmente. Los equipos de mediano riesgo no son mortales, pero pueden perjudicar la salud del paciente, como en el caso de un electrocardiógrafo con lecturas incorrectas. Estos dispositivos se chequean semestralmente y los de alto riesgo como ventiladores, incubadoras, desfibriladores, glucómetros, termómetros, tienen un plan de inspección mensual, por la alta sensibilidad de su uso para la vida de los pacientes”, explica la ingeniera Sarmiento.

Un historial para cada equipo

El Hospital Vivian Pellas cuenta con más de mil equipos, los que son monitoreados constantemente por el Departamento de Biomedicina. Para un control efectivo de estos dispositivos se dispone de un historial de cada uno de ellos, donde se detalla su nivel de funcionamiento, vida útil y otros factores, para garantizar un uso óptimo de estas unidades en todas las áreas del Hospital.

“El historial nos permite ver la trazabilidad de cada equipo, proyectar tendencias de posibles fallas y de esta manera adelantarse para prevenir errores o para decidir si lo que se necesita es una mayor capacitación del personal de enfermería que maneja las unidades o del personal técnico que les da mantenimiento”, explica Sarmiento.

“Cuando vemos las tendencias de las fallas en el manejo o en el mantenimiento, se coordinan las capacitaciones, que incluyen una parte teórica sobre las características del equipo y su funcionamiento y luego una parte práctica. El personal de enfermería debe pasar este entrenamiento con una nota mínima de 90, en caso contrario tiene que repetir el curso porque de esto puede depender la vida de un paciente”, añade.

Alertas mundiales

La ingeniera Sarmiento da a conocer que el Hospital está atento a las alertas mundiales de notificación y de mercado de equipos médicos que presentan fallas o medicamentos con problemas, según los reportes enviados por la oficina de Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) o por la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA).

El Hospital, además, selecciona cuidadosamente los equipos que adquiere analizando las ofertas y haciendo comparativos tecnológicos, a fin de decidir cuál es la mejor inversión desde el punto de vista de la seguridad y bienestar de los pacientes”, indica la ingeniera Sarmiento.

¿Cómo ser un hospital seguro?

El Hospital Vivian Pellas es sismorresistente y aunque se encuentra adecuadamente ubicado tiene planes de contingencia para seguir funcionando después de un desastre. Cuenta con sistemas de alerta para la activación de sus brigadas de emergencia, rutas de evacuación bien definidas así como personal capacitado para manejar eficientemente sus equipos y protocolos para la atención de victimas. Su doble respaldo de servicios básicos y de la información es vital para la seguridad de sus pacientes.

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