El boxeador Alexander Mejía pasará la navidad arriba de un cuadrilátero, lejos de su tierra, de su gente, pero siguiendo el sueño de cada día acercarse más a una pelea titular, la primera gran meta en la carrera de quienes son considerados buenos prospectos.
Estará en Osaka, Japón, frente a Hiroshige Osaka, cuidando que este boxeador de 32 años no le manche el invicto que ha cultivado en ocho combates, con cuatro nocauts.
La oportunidad le llega a “Popeye” Mejía en un excelente contexto: en julio pasó por encima de Ramiro Blanco, en un gran combate, defendiendo por primera vez el título Fedelatin de las 122 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
En crecimiento
Pero esta vez no hay título en juego y el peso es otro: 126 libras. Arrastrando la herencia de un boxeo olímpico, Mejía ha mostrado gran empuje en su irrupción en los entarimados nacionales y esta puede considerarse una prueba para él, al pelear en patio ajeno y con un Osawa con un récord de 32 victorias, con 19 nocauts y cuatro derrotas.
“Ya tenemos los boletos y la pelea está asegurada. Nadie duda de la calidad y de la entrega de Mejía, un muchacho de los más humildes que he conocido”, manifestó su promotor Marcelo Sánchez, de Pinolero Boxing.
“Me siento muy feliz por todas las puertas que se me están abriendo. Seguiré trabajando fuerte para lograr mi meta de ser campeón. Lo hago por mi familia, ya que me ha apoyado siempre en mi carrera”, dijo Mejía.