Leonardo Morales no quiso dar una respuesta clara a la pregunta de si se siente o se cree mejor que Alejandro “Mandarina” Solano. “Yo solo hago mi trabajo para ganar”, señaló. Con el vocabulario es cauteloso, nada incendiario. Es como si tratara de no meterse con su rival antes de tiempo, sino hasta el día que los dos estén dentro de la jaula.
A las 10:30 de la mañana de ayer, en la segunda conferencia para promocionar el choque, “Chimmy” acaparó toda la atención porque, contrario a lo que sucedió en el primer encuentro con la prensa, “Mandarina” estuvo ausente para intercambiar impresiones, con el compromiso a la vuelta, fechado para el 16 de diciembre, y los nervios cobijando.
Seguro
“Yo no le tengo miedo. Yo soy diferente a Yasser ‘AK47’ Castillo. Dios sabe por qué pasaron las cosas anteriormente, la lesión vino, no me quejé, solo me tomé mi tiempo para recuperarme y ahora estoy listo”, apunta.
A finales de octubre, “AK47” tomó una decisión casi suicida. Dijo que sí para pelear con “Mandarina”, el reto estaba ahí, con pocos días por delante, y aunque fue neutralizado en dos rounds, su valentía fue aplaudida, mientras que “Chimmy” quedaba mal parado.
“Mi respeto es para Yasser, no para Leonardo”, gritó, micrófono en mano “Mandarina” Solano. “Un verdadero campeón no se raja”, añadió.
Etapa superada
“La lesión quedó atrás. Vengo en perfectas condiciones físicas. Me he imaginado mucho una victoria sobre él, es un peleador de mucha experiencia, ya tiene muchas peleas, una carrera muy larga, y sin duda daría un gran impulso a mi carrera”, destacó.
El día que “Chimmy” se suba al octágono esa noche, dejará atrás un culebrón de un año, cinco meses y veinte días de inactividad.
“Pienso que la pelea se va a acabar por desgaste, en cierto momento pienso que la edad (39 años) lo puede afectar, él es más lento que yo y eso lo voy a aprovechar”, recalcó.