El acoso sexual es real en Nicaragua, pero muy poco se reconoce, sobre todo en las empresas donde las víctimas no lo denuncian por temor a perder sus empleos, aseguró Ana Quirós del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) .
Ella señaló que el acoso callejero, aunque despierta muy poco interés por investigarlo, representa un problema de seguridad para la juventud nicaragüense.
Quirós señaló que los hombres los encubren como piropos pero “yo no quiero sus piropos, no quiero que a mi hija la anden piropeando, ¿por qué vamos a dejar que nos piropeen (como) dicen ellos? cuando en realidad son agresiones”.
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Magaly Quintana, del Observatorio Voces, de Católicas por el Derecho a Decidir, dijo que sobre ese tema son cifras mínimas las que llega a conocerse “el acoso sexual está presente en todos los espacios, en los buses, en las calles, en el trabajo, es muy difícil tener una cifra correcta de la dimensión del problema”.
Quintana refirió que hay demandas de algunos sectores porque en el país se legisle el acoso sexual que permita incidir en ese problema, que actualmente no es considerado como delito.
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No obstante, aclaró que la tipificación no es lo importante, porque eso no lo resuelve, sino “el empoderamiento de las jóvenes, de las mujeres para que tomen medidas y puedan defenderse ante el acoso”.
Un grupo de comunicación de la Universidad de Ciencias Comerciales ( UCC) presentó una investigación sobre el acoso sexual, el cual fue basado en la labor de observación que realizaron los estudiantes en tres paradas de buses de Managua.
El profesor Julio Guerrero, a cargo del estudio, explicó que el acoso sexual, sobre todo el acoso callejero es un problema serio que sufren mujeres y niñas. Las paradas de buses seleccionadas fueron en las inmediaciones de la Universidad Centroamericana ( UCA), la del Zumen y del Mercado Roberto Huembes.
Según Guerrero, con el estudio los estudiantes identificaron tres tipos de acoso sexual, uno de carácter visual, otro físico y otro moral.
Guerrero dijo que los estudiantes pudieron observar que hay determinadas partes del cuerpo en los que los hombres enfocan la vista sobre las mujeres, también muchos hombres se aprovechaban de la cantidad de usuarios cuando abordan un vehículo de transporte colectivo para tocar la espalda y el trasero de las mujeres. Y la tercera forma la que Guerrero consideró como ” obscena es utilizar palabras soeces” para acosar a las mujeres.
El estudio las víctimas por lo general se quedan calladas, y demandan más seguridad en esos sitios pues aseguran que cuando esto sucede el resto de población no actúa ni dice nada, por lo que ellas quedan indefensas.
La campaña mundial que se desarrolla a nivel mundial contra la violencia de género, desde el 25 de noviembre y concluirá hasta el 10 de diciembre, coincide con una protesta “sin precedentes en todo el mundo”, donde millones de personas se han movilizado mediante el hashtag #MeToo (#YoTambién) y otras campañas, denunciando la magnitud del acoso sexual y de otras formas de violencia que las mujeres sufren todos los días en todas partes del mundo, destaca ONu Mujeres en su sitio web, desde donde aconsejan que “romper el silencio es el primer paso para transformar la cultura de la violencia de género”.