En medio de la guerra y con el único cartucho del juego de la ida como elemento inspirador, que fue el gol como visitante, el Walter Ferretti sobrevivió con mucho coraje, con un jugador menos desde el minuto 67 tras la expulsión de Kenneth Vanegas, al acoso ofensivo de siete atacantes del Managua FC y a la pérdida del dominio de la pelota. Con todo y el mundo encima se coronó campeón del Torneo Apertura de la Liga Primera y aseguró su boleto directo a Concachampions.
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Tras el 1-1 del primer desafío, anoche el marcador no se movió, un empate 0-0 que supo a triunfo y culminó con el mordisco al metal del trofeo. El sudor, los golpes y por qué no, también los errores, hicieron de este Ferretti mejor que el bravo Managua FC, que desde eliminar al Real Estelí en las semifinales perdió todo respeto por sus rivales.
Al Ferretti le bastaba el empate para consagrarse, y además, le favorecía tener la mejor defensa del torneo.
El Managua salió a la caza de la red. Atacó peligrosamente con Jefry Araica, quien estrelló un disparo al poste de Denis “el Pulpo” Espinoza y continuó su asedio durante todo el desafío. No obstante, cuando todo parecía que los Leones Azules aprovecharían estar en ventaja con un jugador más, el Ferretti se plantó muy bien atrás.
Nuevamente Armando Zepeda causó muchos estragos a la ofensiva, pero nunca hubo claridad. El Pulpo Espinoza hizo olvidar la pifia del partido de ida, cuando estrelló el balón en Agenor Báez y la pelota entró de gol, con sus intervenciones precisas en la vuelta.
Bernardo Laureiro comandó el poco ataque rojinegro, en realidad bastó el trabajo del encuentro de la ida. Anoche en el Estadio Nacional se coronó el que mejor se sostuvo al instinto de supervivencia, el que a pesar de no ganar un duelo en esta final maximizó el tanto pasado.