Hay medallas que valen más de lo que parece y la de la tarde de ayer en natación lo es. Un bronce histórico en relevo 4×100 libre que también significó una nueva marca nacional. Y se dice histórico por una razón sencilla, según explicaba el presidente de la federación Juan Francisco Estrada: “Nunca se había podido entrar en el podio en esta categoría en Juegos Centroamericanos”.
Los forjadores de la gesta fueron cuatro delfines que dejaron atónitos a los guatemaltecos, sacándolos del podio y entre ellos estaba Erick Gordillo, el chapín que se ha robado el foco en estos Juegos. Miguel Mena, Eisner Barberena, Kener Tórrez y Eduardo López que con un tiempo de 3:35.07 superaron por tres eternos segundos a los guatemaltecos (3:38.60) y los sacaron del medallero.
No obstante, siempre se puede hacer más por más que el entusiasmo embriague el momento. Mena finalizó los primeros 100 metros como segundo (52:37) con dos segundos de ventaja sobre el costarricense Daniel Renata. Llegó el turno del segundo delfín, el joven callado e inteligente, Barberena, quien alargó la diferencia de tres segundos (2:11.37 a 2:14.39).
Esta vez, Kener Tórrez y Eduardo López, aunque no pudieron sostener la plata ante el repunte tico, mantuvieron la historia. Panamá fue oro (3:29.41) con récord y Costa Rica plata (3:34.54).