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Ernesto Jerez, ESPN, Grandes Ligas

El locutor y comentarista deportivo dominicano Ernesto Jerez. LAPRENSA/ÓSCAR NAVARRETE

Ernesto Jerez, de ESPN, en entrevista “a lo profundooo…”

Ernesto Jerez, la voz oficial de las Grandes Ligas en español, se sentó a conversar con Revista Domingo. En la entrevista, Jerez habla sobre su carrera, su vida y el beisbol

El dominicano Ernesto Jerez es la voz de las Grandes Ligas en español. Si alguna vez ha visto un juego de beisbol de Las Mayores es posible que haya escuchado la famosa frase de cuadrangular de la que Jerez es autor: “A lo profundooo… Y ¡No! No, no, no, no, nooo. ¡Dígale que no a esa pelota!”

Recientemente, Jerez, su colega Renato Bermúdez y un equipo de ESPN, visitaron Nicaragua para producir un programa sobre el Estadio Nacional Dennis Martínez. Durante su estadía, Jerez lanzó la primera pelota en un juego del Bóer contra los Gigantes de Rivas; recibió una camisa del equipo capitalino y además dijo su famosa frase ante cientos de nicaragüenses.

Jerez también concedió una entrevista a Revista Domingo. En esta, habla sobre su infancia en República Dominicana, su carrera como narrador, la importancia del beisbol en su vida y lo dura que fue la muerte de sus padres a causa del cáncer.

¿Cómo fue su infancia en República Dominicana?

Mi infancia fue fabulosa. Tuve dos padres excelentes y la familia siempre era lo primero. Y cada vez que hacíamos algo lo disfrutábamos al máximo. Si hay algo que quedó del legado de mi mamá y mi papá, era la importancia de la educación. De allí comenzó la formación de uno. Yo de mis padres no tengo ninguna queja. Lamentablemente ya fallecieron pero el legado de ellos y lo que nos tocó vivir es algo que… si yo volviera a nacer, yo quisiera tener esos mismos dos padres.

¿Dónde creció?

En Santiago, República Dominicana.

¿Tiene hermanos?

Somos cuatro hermanos. Yo soy el tercero. Fueron: varón, hembra, varón, hembra. Y la verdad es que el sentimiento con mis hermanos a lo largo de los años cuando yo ya me voy de República Dominicana, se fortaleció aún más. Quizás uno no comparte todos los días porque tocó crecer, pero cuando no juntamos es como que le das pausa al casete y cuando nos vemos de nuevo es como que le des play.

¿Sus padres a qué se dedicaban?

Mi papá era ingeniero y arquitecto. Trabajó muchos años en la alcaldía, tenía su propia compañía. Y mi mamá después que yo me gradué de bachillerato trabajó en la compañía de electricidad. Y para usar una frase: mi mamá no tuvo tiempo de ser inteligente, porque cada vez que quiso serlo, llegaba la felicidad y entorpecía.

¿En su hogar nunca pasaron apuros económicos?

Nosotros no éramos los más aventajados, pero por el esfuerzo y dedicación de mi mamá y mi papá, lo que había era de todos. Entonces yo no sé, cuando uno no toma en cuenta tanto lo económico y se dedica más a hacer lo que a uno le gusta, las cosas caen por sí solas.

¿Qué quería ser cuando estaba pequeño?

Como todos los niños: bombero, astronauta, el llanero solitario… Normal. Yo quería ser productor de televisión, terminé siendo narrador y tengo un grado en administración de empresas. Eso da arroz con mango.

¿Y cómo nació el amor por el beisbol?

Yo creo que por mi hermano, porque mi hermano era cácher. Yo como zurdo no podía ser cácher. Entonces lo más cerca que podía estar de él era como pícher. Y me dediqué a pichar, él me recibía. Y cuando no estaba lanzando estaba en primera o en el jardín central. A pesar de que mi hermano me lleva cuatro años y medio, yo como el hermano menor, quería hacer todo lo que hacía mi hermano mayor. Entonces el beisbol me servía a mí para estar cerca de él.

Claro, tengo entendido que usted hasta jugó beisbol cuando era niño…

Yo jugué beisbol y basquetbol, pero nunca pensando en otra cosa que no fuera más allá de la diversión. Además, mi mamá y mi papá, como te decía, se enfocaban mucho en la educación. Entonces no era verdad que yo le iba a decir: “Voy a ser pelotero”. ¿En esa época? No. En esa época había que estudiar. Y ahora me dedico a lo más cercano de jugar beisbol, y es narrarlo.

¿Y cómo jugador qué tal era?

En esa época yo pensaba que era buenísimo. Yo no jugué beisbol de adulto, yo jugué beisbol como todos los dominicanos que nacemos con un guante, una pelota y un bate, quizás a los 13 o 14 años. Mi primera temporada quedé líder en cuadrangulares. El beisbol como deporte es el que te va creando, más que cualquier otro, ese sentimiento de equipo.

Ernesto Jerez, voz oficial de las Grandes Ligas en español por ESPN. LA PRENSA/ Óscar Navarrete

¿Recuerda la primera vez que llegó a un estadio de beisbol?

Claro. Íbamos llegando al Estadio Cibao, y yo nunca había visto tanta gente junta. Yo le pregunté a mi papá por qué había tanta gente en el Estadio y me dijo: “Porque hoy lanza (Juan) Marichal”. Y yo, niño al fin: “Ah, bueno. Hoy lanza Marichal”. Para después verlo en televisión dando un discurso en Cooperstown, Salón de la Fama. Y después con el tiempo poder llamarle, gracias al beisbol, mi compañero. Porque tuvimos la suerte de también narrar con don Juan y él servirnos de analista de beisbol.

¿Qué significa el beisbol en su vida?

Aprendizaje. Se aprende juego por juego. Vas entendiendo lo que es el sentimiento de equipo, trabajar juntos y tratas de enlazar eso con tu profesión. Sentirte parte del equipo y que si cometes un error, alguien puede conectar el batazo ganador por ti. Más que todo eso, te sirve para aprender y ser parte de una comunidad.

¿Qué es lo que más le gusta del beisbol?

Que no tiene reloj. Por mi manera de ser, no me gusta cuando está todo en esquema. Y que todo tiene que ser de esta manera. Prácticamente eso. El juego no comienza hasta que el lanzador se deshace de la pelota y de ahí en adelante ya veremos cuando terminamos. Y que es muy familiar también.

Pero hay gente que piensa que el beisbol es largo y aburrido.

Nunca jugaron beisbol. Y no conocen el juego. Es lo que hay que decir sobre eso.

¿Cómo salió de su país la primera vez?

Yo me gradué de Administración de Empresas en 1991. Y yo la verdad es que no sabía lo que quería hacer.

¿Aún después de terminar la universidad?

Sí, sí. Yo me gradúo pero yo decía: “Oye, pero la verdad es que esto no es lo que quiero”. Entonces me fui a Nueva York, terminé en Boston. Ahí hice mis estudios de televisión, porque yo quería ser productor de televisión, imagínate tú. Yo era el único que hablaba español. Y había una persona encargada de decirnos que había un trabajo ahí, un trabajo aquí, y mi primer trabajo fue ponerle la voz a un comercial. Era de Chevrolet o de Ford. Era un comercial de 30 segundos. Y en tres lecturas yo terminé. Me pagaron 15 dólares. Y decía: “Ah no, pero yo estoy en el negocio que tengo que estar, porque si en tres lecturas ya me van a dar 15 dólares, esto es lo que tengo que hacer”. Pero al final hice una pasantía en ABC Boston y en Univisión Boston, en inglés y en español. Y en una, con el productor de ABC, le dije: “Oye, yo la verdad es que no quiero hacer noticias”. Me dijo: “Bueno, ¿qué quieres hacer?” Y dije: “Deportes”. Me dijo: “¿Tú quieres los tres minutos del segmento de deportes que yo tengo en el noticiero?” Y le dije: “No, no. Narrar, y dar noticias deportivas”. De ahí llegamos a ESPN e hicimos un casting en enero del 95 y yo fui uno de tres que seleccionaron y así comenzamos haciendo Sport Center.

¿Leí por ahí que también fue profesor de inglés?

Yo di clase en el mismo sitio donde yo estudié inglés. De hecho, todos mis hermanos y yo estudiamos ahí y después dimos clases ahí. En las mañanas yo iba a clases en español y en la tarde iba a clases de inglés. Y yo creo que ese es uno de los legados que dejó mi papá en esa época. Yo tenía nueve años. Y ahora el 90 por ciento de las cosas que uno lee preparándose antes de un juego, están en inglés.

¿Qué tan difícil fue entrar a ESPN?

Yo quiero pensar que se dio una combinación de varias cosas: estar en el momento indicado, comenzaban un programa nuevo, que era Sport Center. He tenido suerte. Voy para 23 años en ESPN y no me lo creo.

¿Cuál es el obstáculo más difícil que tuvo que superar para llegar hasta donde está hoy?

El distanciamiento de mi familia. Haberme ido tan temprano de mi casa en busca de formarme ya como un hombre. Pero en lo profesional, yo he tenido suerte. Me ha tocado trabajar con gente buena, con gente dedicada. Pudiera hasta sonar un poquito cursi, pero quizás el obstáculo sería el próximo juego que me toca narrar.

¿Cuál ha sido para usted el momento más difícil en que le ha tocado narrar?

Después de la muerte de mi padre. Prácticamente un mes después, la República Dominicana ganaba el Clásico Mundial invicto y cuando yo veo la bandera de la República Dominicana, en el estadio de los Gigantes de San Francisco, lo primero que pensé fue: a mi papá le hubiera gustado ver a República Dominicana ganar el clásico. Y volvimos al cuadro y estaba Ozzie Guillén al lado mío. Y menos mal que Ozzie se dio cuenta, porque yo me quedé mudo. Y naturalmente, Mayor League Baseball (MLB) tiene una campaña contra el cáncer. Y todavía hoy, cuando yo tengo que escribir el nombre de mis padres en el cartoncito que te dan, y que uno sale y lo levanta… (se le ponen los ojos llorosos) te pega mucho. Te pega bastante.

¿Cómo se sintió la primera vez que dijo el “Nooo. No, no, no, no no… dígale que no a esa pelota”?

Yo no tenía grito de cuadrangular. Se fue resumiendo y se fue creando solo en lo que es ahora. Y hay gente que en vez de mencionar tu nombre, te señalan y dicen: “Dígale que no a esa pelota”. Y bueno ¡Dígale que no! Siempre mantengo los pies sobre la tierra. Yo nunca me he detenido a analizar mi carrera de narración. Al contrario, me he dedicado a tratar de mantenerme siendo la misma persona. Mis amigos son los primeros que me llamarían y me caerían encima y me lo sacarían en cara. Si me recuerdan ya es ganancia.

¿Alguna vez creyó que su frase terminaría siendo tan famosa y tan icónica?

Jamás. Tú te sumerges en la narración y no estás en nada. No vas pensando en frases, no estás sobreanalizando lo que vas a decir. Tú narras. Y a la hora que se apagan las luces, nada, te vas a tu casa y das gracias a Dios de que terminaste un juego más.

¿Tiene un ritual para antes de narrar o durante el juego?

Yo he disfrutado tanto lo que hago, que es algo normal. Es algo que tú haces, que te gusta, que le pones pasión. Pero no soy una persona cuadrada. A mí lo que más me gusta es trabajar con un equipo y fuego a la lata. No soy una persona de mañas. Hay que dejar las cosas fluir. Hay que sentir ese corazón a mil. Eso sí, cuando se termina la Serie Mundial, que se termina la temporada de manera oficial, me crea como una melancolía de que: se terminó la temporada, ¿y ahora?

Ernesto Jerez, la voz oficial de las Grandes Ligas en español, se sentó a conversar con Revista Domingo. En la entrevista, Jerez habla sobre su carrera, su vida y el beisbol. LA PRENSA/ Óscar Navarrete

¿Su voz es herencia?

Mi papá tenía una voz fuerte. Y yo le decía prácticamente, ya jugando, relajando, le decía: “Bueno, ya estamos paz, no te debo más nada”. Y me decía: “No, todavía falta ¿y esa voz?” Pero yo nunca he hecho ejercicio de voz.

¿No la cuida?

La debería de cuidar. Pero no sé, es como una bendición.

Durante la temporada regular de Grandes Ligas, ¿cómo es un día en la vida de Ernesto Jerez?

El domingo, por ejemplo, yo llego al canal a la una de la tarde. Ahí tenemos una reunión, se tratan los temas de Beisbol Esta Noche y Domingo de Grandes Ligas. Y de ahí en adelante hay que comenzar a recapitular toda la información que tenemos del departamento de estadística e información de nosotros que es espectacular. Vas leyendo las notas del juego y ya a la hora que llegó el juego tratar de cautivarte por nueve entradas.

¿Qué hace después del juego?

La verdad yo no hago nada. Desconectarme. Antes trataba de ver algo de televisión pero ya ni eso. A mí me gusta más la música que la televisión.

Ahora que visita Nicaragua, quiero preguntarle ¿cómo se sintió cuando Dennis Martínez, un nicaragüense, superó en victorias a Juan Marichal, un dominicano?

Yo creo que eso es parte de la grandeza de la carrera de Dennis Martínez. Reencontrarse, rehacer su vida. Dennis ya inclusive con 38 años de edad logra contratos multimillonarios. Ese es el tema principal del asunto. La manera cómo te entregues a algo, la manera cómo sigas venciendo obstáculos. Eso es lo que a uno le va a quedar como legado de Dennis Martínez. Fueron 23 temporadas. Y como los números no mienten, Dennis Martínez es el lanzador latino con más victorias en la historia de las Grandes Ligas.

¿Usted ha seguido el beisbol nicaragüense?

No, pero sí a los nicaragüenses que han llegado a Grandes Ligas. Porque si uno toma en cuenta lo difícil que es llegar al más alto nivel del beisbol, entonces te das cuenta de que aquí hay gente también que trabaja y se esfuerza y trata de desarrollarse y quiere dar lo mejor. Entonces creo que eso también es parte de lo que representa Nicaragua a la hora de hablar del deporte, más allá del beisbol. O sea, ustedes tuvieron a Alexis Argüello, tienen al Chocolatito, tienen a figuras que llegaron a trascender las fronteras del deporte.

¿Es fanático del Bóer?

Fanático del Bóer porque la primera vez que yo escuché del Bóer fue prácticamente haciendo una pregunta al aire: “Vea ¿y cuáles son los equipos en Nicaragua? ¿A quién le vamos a ir?” Y la mayoría respondió que le fuera al Bóer. Entonces yo dije: “Yo soy del Bóer”. Comencé también a leer un poquito.


 Plano personal

Ernesto Antonio Jerez nació el 9 de diciembre de 1967, en República Dominicana.

Es el tercero de cuatro hermanos. Son dos mujeres y dos varones.

Su padre era ingeniero y arquitecto, y su mamá trabajó en una compañía de electricidad. Ambos murieron de cáncer.

Dice que le gusta cualquier tipo de música, incluso la urbana, el reguetón. Y como buen dominicano, también el merengue.

Le gusta mucho la Fórmula 1. Y si tuviera que narrar otro deporte, sería justamente ese. También jugó golf durante siete años. Se levantaba todos los días a las siete de la mañana.


 

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COMENTARIOS

  1. Ralph Smith
    Hace 6 años

    No me explico como fue profesor de ingles porque la palabra baseball la pronuncia pesimamente.

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