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Enrique Armas, cronista deportivo y vicealcalde de Managua con el Frente Sandinista. LA PRENSA / Archivo.

Enrique Armas, cronista deportivo y vicealcalde de Managua con el Frente Sandinista. LA PRENSA / Archivo.

Las andanzas de la Ardilla o el vicealcalde Enrique Armas

Talentoso, trabajador y fachento. El reconocido cronista deportivo de Nicaragua, Enrique “la Ardilla” Armas, cobra cada vez más relevancia en la política como vicealcalde de Managua, bajo el poderoso manto del Frente Sandinista

Viernes 24 de noviembre de 2017, Managua. Inauguración del Polideportivo Alexis Argüello. Daniel Ortega le pregunta a Enrique Armas cuántos años se cumplen desde aquel noviembre cuando Alexis pulverizó a Rubén Olivares. “34 años”, responde Armas. Su ego está a punto de irse abajo. El coliseo lo corrige al unísono: “¡43!” Tuvo un lapsus. Se le alternaron los números. En los días previos había tuiteado mucho sobre la pelea, sobre el homenaje al legendario púgil nicaragüense, pero ante la pregunta de Ortega, al parecer, la confianza que exhibe en sus shows de televisión y radio se esfumó. “Su ego fue golpeado ahí”, cuenta un amigo cercano de Armas. “Pero a él le vale que se burlen de él”.

Al teléfono su voz es amable y pausada. Nada que ver con el alboroto en los rounds de boxeo de sus transmisiones. Su tono es amable y él escucha. Asegura que va a regresar la llamada cuando termine de grabar algo para la radio. Es decir, acepta una entrevista para Domingo, pero consumida la hora que recién nos prometió, no llama. Ni responde más llamadas. Un comportamiento lógico, si tomamos en cuenta que a inicios de año la ministra del Mefcca charló con LA PRENSA y a los días estaba despedida. Conocidísimo cronista deportivo, Armas es también un disciplinado militante del actual Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y acaba de ser reelecto como vicealcalde de Managua gracias a ello.

Aunque en Nicaragua a las reelecciones hay que verlas con distancia. Desde el 2007 el Frente Sandinista de Ortega ha consolidado un monopolio de todos los poderes del Estado que 10 años después funciona a toda marcha, quitando y poniendo funcionarios a placer. Enrique Armas vendría a ser un eslabón más en una aceitada cadena, pero el periodista puede jactarse de que su escritorio está en Managua, cerca de los tomadores de decisiones. En paralelo, eso sí, él sigue siendo la Ardilla, ese jocoso sobrenombre que usa en televisión como presentador. Continúa narrando y analizando los deportes que más le gustan, y la base de seguidores que ha acumulado en las últimas tres décadas y pico sigue entretenida con su picardía. Es por esa popularidad y por su nombre —dicen unos— que el Frente Sandinista lo sigue usando. No por talento político.

 La alcaldesa de Managua Daysi Torres y el vicealcalde Enrique Armas (i) durante las celebraciones de Santo Domingo, en la capital. LA PRENSA / Óscar Navarrete.
La alcaldesa de Managua Daysi Torres y el vicealcalde Enrique Armas (i) durante las celebraciones de Santo Domingo, en la capital.
LA PRENSA / Óscar Navarrete.

¿Un vicealcalde de adorno?

“Yo soy amigo de él desde que él tiene 15 años”, revela don Edgar Tijerino, quizás el cronista deportivo más conocido y respetado de Nicaragua en la actualidad. “Comenzó conmigo. Yo lo llevé a LA PRENSA, a El Nuevo Diario. Él podía ser cronista deportivo. Es muy vivo, quizás de las personas más inteligentes que yo he conocido en la crónica”.

Tijerino le regala los adjetivos “versátil”, “talentoso”. El 2 de enero de 1981 grabó el primer programa de Doble Play en la radio oficial La Voz de Nicaragua. Carlos Guadamuz, director de la emisora gubernamental, había aceptado que Tijerino escogiera como su Sancho Panza a un joven desconocido y sin experiencia. “El dinamismo de Enrique, su agresividad y hasta su prematura jactancia ayudó mucho”, escribió Tijerino para el 36 aniversario de Doble Play, en enero pasado. “Todavía se lo agradezco después de verlo crecer tanto”.

Con los años su pupilo tomó vuelo propio, creó sus propios programas de radio y televisión, pero para esta publicación Tijerino se lamenta un poco:

“Yo creo que su potencial lo pudo desarrollar en mayor medida. Se hizo muy popular pero consideró que no necesitaba cultivarse tanto en los estudios. Si se hubiera preparado de otra forma su horizonte hubiera sido muy amplio”.

—Pero es vicealcalde de Managua…

—Ah, en el aspecto político sí ha conseguido un buen crecimiento, sin duda.

—¿Y usted qué opina de eso, don Edgar?

—Yo pienso que cada uno toma decisiones coyunturales de acuerdo a como ve sus posibilidades.

El vicealcalde Enrique Armas inaugurando un parque infantil de Managua. Expertos opinan que a Armas únicamente le delegan actividades de poca importancia, y que en la alcaldía su su opinión y sus ideas no son prioritarias. LA PRENSA / Archivo
El vicealcalde Enrique Armas inaugurando un parque infantil de Managua. Expertos opinan que a Armas únicamente le delegan actividades de poca importancia, y que en la alcaldía su su opinión y sus ideas no son prioritarias.
LA PRENSA / Archivo

El exdiputado Agustín Jarquín Anaya, padrino de uno de los hijos de Enrique Armas, cree que el ascenso que ha tenido este en el Frente se debe a que es “muy disciplinado con la estructura del partido”. Lo califica como un hombre “beligerante, accesible y atento”, y cree que es un mérito que Armas maneje bien las dos dimensiones donde navega: periodismo deportivo y política.

“Independientemente que yo discrepe de posiciones del Frente, del estilo de gobierno, yo creo que su participación en la actividad pública es positiva”, dice Jarquín Anaya.

No obstante, en un reportaje reciente de Domingo titulado “Los alcaldes de papel”, el doctor en Ciencias Políticas y municipalista, Silvio Prado, calificó el rol de Armas como vicealcalde de Managua como el de un “bufón”, alegando que no propone ni planifica políticas ni proyectos.

Ahora Edgar Tijerino comparte la sala de grabación de su programa Doble Play con Miguel Mendoza. Y él también tiene cosas que opinar sobre su colega Armas.

“Yo no lo veo como político”, dice Mendoza. “La historia no lo va a recordar como político. Lo va a recordar como cronista deportivo. De los mejores que hemos tenido. Ahorita en los Juegos Centroamericanos no creo que haya una sola instalación, un solo proyecto que lleve el nombre de Enrique, o sea, que él lo inventó, que él lo desarrolló. Para eso está Fidel Moreno. Creo que desde que gente como Nicho (Dionisio Marenco), como Herty (Lewites), dejó de ser alcalde, se empezó a vulgarear ese puesto. Y ya sabemos por qué se hace; para quitarle relevancia, por la importancia que llegó a tener. Si hasta presidentes salieron de ahí, como Arnoldo (Alemán)”.

Fidel Moreno es el secretario general de la Alcaldía de Managua, y ostenta más poder que la alcaldesa Daysi Torres y que el vicealcalde Armas. Es quien aparece en público ante situaciones de emergencia, quien habla con los medios de comunicación, quien supervisa e inaugura las obras, quien tiene potestad de firmar compras y hacer contrataciones. También asiste a los actos del Gobierno Central y hasta tiene autoridad sobre otros alcaldes de Nicaragua, violentando las leyes de la autonomía municipal. Es el hombre de confianza de Rosario Murillo y Daniel Ortega, la pareja presidencial del país.


Lea también: Reyna Rueda, alcaldesa o sombra de Fidel Moreno


Enrique Armas no hace mucho ruido desde su posición como vicealcalde, pero a finales de 2017 ha aparecido mucho en cámaras al lado de Ortega inaugurando las modernas infraestructuras construidas para los Juegos Centroamericanos de Managua.

En 2013, cuando ya era vicealcalde de la capital, Armas fue uno de los protagonistas de una investigación de LA PRENSA llamada “Casas para vivir bonito”, donde se descubrió que vive en una acomodada vivienda del residencial Altos de Ticomo, al sur de Managua.

 El carismático Enrique Armas mostrando sus dotes culinarios en la “Cuchara Famosa” del periódico HOY. LA PRENSA / Archivo
El carismático Enrique Armas mostrando sus dotes culinarios en la “Cuchara Famosa” del periódico HOY.
LA PRENSA / Archivo

Vida sentimental

En el plano amoroso la vida de Enrique Armas ha sido inestable. Tiene seis hijos de diferentes madres y Agustín Jarquín Anaya, padrino de uno y amigo de una de las exparejas de Armas, Antonieta Ocón, asegura que es un excelente padre.

Edgard Rodríguez, colega de Armas por más de 20 años, cuenta algo chistoso al respecto:
“Él (Armas) dice que soy la pareja (de trabajo) con la que más ha durado, porque Enrique es muy desordenado en eso de las mujeres. Imaginate que está soltero y dice que es libre como la luz del día. Cree que está chavalo todavía”.


La Ardilla cronista

Como cronista deportivo Enrique José Armas Rosales ha sido todo lo contrario que como político. En el deporte criollo el cronista de 56 años es una multipremiada celebridad.

Su galardón más reciente fue el de “Mejor Cronista Deportivo de Centroamérica”, otorgado a finales del año pasado por ni más ni menos que la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

“Él tiene amigos en todos los niveles del boxeo mundial”, explica Carlos Reyes, colega de la Ardilla en radio hace décadas y actual director del Campeonato Nacional de Beisbol Superior (CNBS). “Es muy trabajador. No es el tipo que se acuesta a dormir. Muy poca gente trabaja como él. Los méritos que tiene los merece. Los debe al trabajo serio”.

En el mundo de la crónica deportiva sus colegas hablan bien de su trabajo, aunque tratan de apartar un poco la política. Edgard Rodríguez trabaja con Enrique Armas en Radio Sandino desde 1993, en el programa Playoffs. Con Tijerino, es tal vez el periodista que mejor conoce su trabajo.

“Enrique es un cronista deportivo muy acucioso, que se prepara con anticipación para hacer su trabajo, que sabe jugar con las emociones de la gente y como es un provocador natural, genera mucha controversia, pero no pasa inadvertido. Parece que no le afectan las críticas porque veo que le gusta exponerse a ellas. Además es muy vanidoso y le encanta el figureo”, lo describe Rodríguez.

Enrique Armas jugando beisbol en la inauguración de una copa, en Managua. LA PRENSA / René Ortega.
Enrique Armas jugando beisbol en la inauguración de una copa, en Managua. LA PRENSA / René Ortega.

Enrique Armas se crió en Altamira, en la Managua preterremoto. En el desaparecido terreno de beisbol de ese barrio residencial narraba y anotaba imaginariamente los partidos que miraba tras las mallas. También iba al Polideportivo España y buscaba cómo entrar gratis a las carteleras de boxeo profesional, ya a mediados de los setenta, y leía todo lo que podía acerca de esos dos deportes, según recogió LA PRENSA en el año 2000 en una entrevista que se le hizo al cronista.

La primera vez que su voz viajó por Nicaragua en ondas hertzianas fue en el programa Actualidades Boxísticas que se transmitía en La Voz de la Victoria, dirigida por John Wagui y Julio “Nene” Rodríguez. “¡Eh! A los cuatro días ya estaba haciendo solito el programa”, contó Armas en la entrevista con LA PRENSA.

Confeso admirador del narrador Sucre Frech y gran amigo del tricampeón de boxeo Alexis Argüello (q.e.p.d.), algunos gustos de Armas son coleccionar música y videos de peleas por campeonatos mundiales de pugilismo. Miguel Mendoza recuerda que hace años la casa de Armas parecía un museo de material audiovisual deportivo y también de música.

Luego de trabajar en pequeñas radios Armas fue “descubierto” por Edgar Tijerino y fue llevado a la Voz de Nicaragua. Allí ganó reconocimiento y en los noventa creó el programa Playoffs en Radio Sandino. Desde entonces es un frecuente en radio y televisión y muchos nicas prefieren sintonizar las veladas boxísticas en el canal nacional donde esté narrando la Ardilla que en canales internacionales de cable. Al aire se toma la libertad de hacer juicios, invoca nocauts para los peleadores nicaragüenses y hasta anticipa quién va a ganar con antelación, aunque “a menudo se equivoca”, opina su colega Miguel Mendoza. “Pero es porque no lleva las tarjetas”, explica.

Sobre su apodo de roedor, “Ardilla”, su amigo Agustín Jarquín Anaya cree que se debe un poco a su físico y un poco a su forma de ser. “Porque las ardillas caen bien”. Por lo del físico Armas no se ofende. Una vez dijo en una entrevista: “La gente no se fija en eso. Edgar Tijerino, Manuel Espinoza y yo estamos en el ranking de los más feos, pero también de los más vistos”.

Por su parte, Edgar Tijerino recuerda que desde que lo conoció, cuando Armas tenía 15 años, ya le decían así.

Alexis Argüello jugando billar en un barrio de Managua con Enrique Armas, durante la campaña por la alcaldía de Managua, en 2008. LA PRENSA / Archivo.
Alexis Argüello jugando billar en un barrio de Managua con Enrique Armas, durante la campaña por la alcaldía de Managua, en 2008. LA PRENSA / Archivo.

La Ardilla va a la guerra

Una fuente cercana a Enrique Armas, que pidió que no mencionáramos su identidad, cuenta una anécdota curiosa de los años 80, cuando Armas trabajaba con Carlos Guadamuz en la Voz de Nicaragua y también en el diario oficialista Barricada.
“Él se resistía a ir al Servicio Militar Patriótico (SMP). Estaba en la Voz de Nicaragua y en Barricada y muchos de los periodistas se enojaban porque ellos habían ido. Además en ese lugar era razón de orgullo haber estado en la montaña. Sus colegas se enojaron tanto que el propio caricaturista Róger Sánchez estuvo a punto de meterle un puñetazo. En la radio hasta lo llamaban sus compañeros y al aire le decían que fuera a hacer su servicio. Al final fue pero poco tiempo. Guadamuz lo envió a Indianápolis para cubrir los Juegos Panamericanos de 1987. Luego cumplió el servicio lejos de la montaña”.
Esta historia no le suena a Carlos Fernando Chamorro, entonces director de Barricada, pero dice que no pasaba mucho tiempo en la oficina. Tampoco la recuerdan Gabriela Selser ni Sofía Montenegro, quienes también trabajaban allí. Sin embargo, Alfonso Malespín, compañero de ellas entonces, corrobora lo siguiente:
“Lo que yo supe es que su maestro Edgar Tijerino protestó cuando reclutaron a sus pupilos Enrique y Agustín Cedeño. Enrique estuvo muy poco tiempo en el frente de guerra. Muy pronto lo llevaron al cuartel militar de Somoto, y luego a Managua. Lo mandaron para que escribiera en la revista del Ejército Popular Sandinista. Ahí hacía reportes, entrevistas y comentarios. Sobre todo de deportistas reconocidos reclutados para el SMP. En Somoto se le recuerda como parte del staff de la cocina del batallón. Además de Tijerino, Guadamuz intercedió por Enrique”.


Un personaje histriónico

La educación de Enrique Armas es un cliché válido: se graduó en la “universidad de la vida”. Quizás a esto se debe su conocida jactancia. Al fin y al cabo, Tijerino dice que en la radio casi todos habían salido de la Escuela de Periodismo. Sea como sea, Armas sabe que es bueno narrando deportes, y lo grita a los cuatro vientos cada vez que puede, en medio inning o a medio asalto.

Su show al narrar boxeo es pasional. De vez en cuando pega unos gritos más propios de aficionado: “¡Noquealo, Chocolatito, noquealo!” Pero su vasto conocimiento es notable cuando acude a la historia, cuando habla de viejos combates o cuando analiza en frío lo acontecido, a la hora que repiten una pelea y la estudian en vivo.

En lo personal lo describen como alguien tranquilo, que no se enoja fácilmente. “Él mismo dice que todo le resbala, todo lo que le digan. Es un tipo que no te va a ir a quemar con alguien, no va a ir donde el jefe a decir que te corran, o donde el anunciante a decirle que te quite el anuncio, como algunos pocos hacen. Tiene esa virtud”, resalta Miguel Mendoza, quien en ocasiones lo critica en Doble Play.

“Por ejemplo, yo en el programa le he hecho muchísimas bromas, bastante fuertes, y de algunas hasta me he llegado a arrepentir”, confiesa Mendoza. “Pero él nunca me ha reclamado. Incluso cuando me ve me saluda. Me trata bien a mí, a mi hijo”.

Cuando deja el micrófono y se viste de político, eso sí, la cosa cambia. Roy Moncada, reportero de LA PRENSA, ha escrito sobre la Alcaldía de Managua por casi seis años. En ese tiempo Enrique Armas fue primero secretario del Concejo Municipal y después vicealcalde.

“Solo una vez me ha contestado preguntas, en el resto de ocasiones se ha hecho desentendido, me ha dicho que luego hablará o simplemente ha abandonado el sitio de manera apresurada, manifestando que tiene un compromiso deportivo. Es escurridizo y listo para evitar declaraciones. El señor Armas es un adulador del señor Daniel Ortega y la señora Rosario Murillo. Cuando tiene la oportunidad recuerda que gracias a ellos Managua progresa y que en la administración sandinista la capital ha cambiado la cara, que ahora es más bonita. Pero su protagonismo es modesto, muy pocas veces lidera una actividad oficial ahora que es vicealcalde. Todavía cuando desempeñaba el cargo de secretario del Concejo Municipal se notaba más porque tenía que dirigir las sesiones y cabildos”, valora Moncada.

Estas críticas quizás ni lo tocan, porque con más de una década de ser político, debe conocer bien las reglas del juego sandinistas en el siglo XXI. Donde sí le duele equivocarse, aseguran Miguel Mendoza y Edgard Rodríguez, es en el deporte. Más cuando el desliz ocurre en la inauguración de un polideportivo que lleva el nombre de su amigo Alexis Argüello, quien lo metió a la política, según muchos. Más cuando ocurre a la hora de responder una pregunta del presidente Ortega, ante unas 8 mil personas.

El Polideportivo Alexis Argüello tiene capacidad para más de 8 mil personas. LA PRENSA/EFE

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COMENTARIOS

  1. Sin tapujos
    Hace 6 años

    Nada hombre, el vivo ejemplo del oportunista. El único problema es que aunque no tiene poder real no deja de ser poderoso. Sin embargo, es un poder peligroso, porque es del tipo oreja, soplón, capaz de hacer cualquier cosa para estar bien con sus patrones partidarios. Es un instrumento del mal.

  2. Carlos Alberto Morales
    Hace 6 años

    Es mi humilde opinión que hacer de esta Ardilla un ejemplo para nuestra juventud es un grave error, ya que, al resaltar sus cualidades como un adulador borrego del dictador, promueva a seguir a actitudes como estas. Prestarse al juego político de Ortega con grandes beneficios económicos, NO requiere ningún sacrificio. A como fue haber sido aliado del FSLN en los 80’s, si eras sandinista te beneficiaba, si te opinas te confiscaban y de deleite te acusaban de somocista o contra.
    Ahora, Nicaragua tiene hombres dignos de admiración como fue el Dr. Fernando Agüero acusado por el gran capital de traición, o los Generales Celio Barreto Guerrero o Marcelo Castañeda hombre liberales que se enfrentaron en contra de las fuerzas invasoras de los Estados Unidos que se introdujo para derrocar a Zelaya en 1912. Vale mencionar que Barreto y Castañeda se oponían a Zelaya, pero no apoyaban entregar a Nicaragua a como hoy fácilmente Ortega le entrega concesiones a los Rusos, Chinos o Cubanos. Claro por unos dólares más hasta nos puede vender. Promovamos el nacionalismo no el arribismo que hasta hoy predomina en la cultura nicaragüense.

  3. El Leones
    Hace 6 años

    Nunca había oído hablar de este narrador hasta ahora así pues me fui a YouTube para escuchar por mi mismo cual es toda la alharaca. Mi conclusion es que es un pésimo narrador……hasta en esto Nicaragua se ha retrasado. Acento horrible, narración pésima. El mejor narrador que ha surgido en Nicaragua es Sucre Frech con su acento neutral y elegante. Su acento es mas bien campesinado que es el de la mayoria de la generación criada después de Somoza.

  4. william vivas castro
    Hace 6 años

    lastima un buen elemento que sea servil le quita meritos….

  5. Manuelito
    Hace 6 años

    Si, es como ustedes dijeron: el no es mas que un bufoncito, colevaca, metido y sabelotodo.

  6. José Román
    Hace 6 años

    Inùtil de primera,…..Que busque un trabajo de verdad….

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